Autorretrato con traje oriental, Óleo sobre tabla, 81 x 54 cm. 1631. París, Musée des Beaux Arts de la Ville de Paris
Sansón cegado por los filisteos. Óleo sobre lienzo, 206 x 276 cm. 1636. Frankfurt, Städelsches Kunstinstitut und Städtische Galerie
La discusión entre san Pedro y san Pablo. Óleo sobre tabla, 72,4 x 59,7 cm. ca. 1628. Melbourne, The National Gallery of Victoria, Felton Bequest
Jeremías lamentando la destrucción de Jerusalén, Óleo sobre tabla, 58,3 x 46,6 cm. 1630. Amsterdam, Rijksmuseum
Descanso en la huida a Egipto, Óleo sobre tabla, 34 x 48 cm. 1647. Dublín, National Gallery of Ireland
La Sagrada Familia con ángeles, Óleo sobre lienzo, 117 x 91 cm. 1645. San Petersburgo, The State Hermitage Museum
El apóstol Bartolomé. Óleo sobre lienzo, 122,7 x 99,7cm. 1657. San Diego, CA, The Timken Museum of Art
Rembrandt (1606-1669) es uno de los pintores más personales de toda la historia del arte europeo. Desde sus inicios en Leiden hasta su muerte en Ámsterdam, su pintura es un constante proceso de búsqueda cuyo fin es representar las emociones de las personas de la manera más incisiva y conmovedora posible. Esta exposición se centra en sus cuadros de asuntos bíblicos e históricos. En la escala de valores de Rembrandt y sus contemporáneos, estos temas eran los más importantes a los que podía dedicarse un pintor. Además, es en ellos donde mejor podía representar las reacciones de las personas ante situaciones dramáticas, y con ello explorar la condición humana.
En esta exposición se incluyen obras de todas las épocas de la carrera de Rembrandt. En su juventud, los gestos de los personajes son extrovertidos y su mirada a menudo burlona y jocosa. En su madurez las emociones son más contenidas, y el énfasis se encuentra en la energía mental de los personajes.
Rembrandt conocía la historia de la pintura europea gracias a su inmensa colección de estampas y al mercado de arte de Ámsterdam. Junto a las obras de Rembrandt, en esta exposición se incluyen algunos cuadros de otros artistas, todos de la colección del Museo del Prado. La función de estas obras es ayudarnos a entender al pintor holandés: en algunos casos representan el modelo estético que guió al pintor o frente al que reaccionó. En otros, se trata de obras de contemporáneos cuya diferencia con Rembrandt sirve para comprender mejor su peculiar estética. El arte de Rembrandt está firmemente anclado en la tradición pictórica europea. Sin embargo, su actitud hacia esa tradición es crítica: muy pocos artistas han tenido su ambición de transformarla ni lo han hecho de forma tan radical.
Periodo de formación
El periodo de formación de Rembrandt se inició en Leiden en 1620, y culminó con su mudanza a Ámsterdam hacia 1631. En ese momento ya era un pintor de éxito que había aceptado a sus primeros pupilos. No existe un único estilo característico de Rembrandt en estos años, sino una variedad de idiomas a través de los cuales el pintor buscaba expresar con la mayor intensidad posible los sentimientos de los protagonistas de sus historias.
En los últimos años de la década de 1620 se observa en algunas obras de Rembrandt la influencia de Rubens (1577-1640), que en esos años se había convertido en el artista más famoso de Europa, y cuya obra conoció fundamentalmente a través de grabados. Durante más de una década, hasta 1645 aproximadamente, Rubens fue para Rembrandt un modelo a imitar desde el punto de vista artístico y profesional, que espoleó su ambición de convertirse en un gran pintor.
Amsterdam
Cuando Rembrandt trasladó su estudio de Leiden a Ámsterdam, hacia 1631-33, lo hizo como socio del marchante Hendrick Uylenburgh ―con cuya sobrina Saskia contrajo matrimonio en 1634―; Uylenburgh buscaba los clientes y el pintor realizaba los cuadros y dirigía un taller de pintores. Al poco tiempo, Rembrandt se convirtió en el artista de mayor éxito de la ciudad. Aunque en un principio su fama se basó en sus espléndidos retratos (de estos años data La lección de anatomía, del Museo Mauritshuis, de La Haya), también realizó numerosos cuadros de historia, el género más elitista de la pintura. Rembrandt conocía bien la historia de la pintura europea desde el Renacimiento, fundamentalmente a través de los grabados, que coleccionó en gran número. Su pintura refleja su conocimiento de la tradición así como su actitud crítica hacia ella: buscaba emular a los grandes artistas del pasado, pero al mismo tiempo ser un gran pintor con un idioma propio.
La influencia de Rubens
Desde su llegada a Ámsterdam hasta 1645 aproximadamente, Rembrandt vivió sus años de mayor éxito. Gracias a sus grabados, sus obras alcanzaron una gran difusión por toda Europa. El apoyo de Constatijn Huygens le sirvió para conseguir encargos de la corte de Frederik Hendrik de Orange y Amalia van Solms en La Haya, y encontró clientes entre la alta burguesía de Ámsterdam. En 1639 adquirió una elegante y costosa casa en la Sint Antonisbreestraat de Ámsterdam. En 1642 terminó de pintar La ronda de noche (Ámsterdam, Rijksmueum), y ese mismo año murió su esposa Saskia.
Estos son los años en que la forma de pintar de Rembrandt se acerca más a la de Rubens, a quien emula sin renunciar a su búsqueda de un idioma propio. Rembrandt combina en sus cuadros intensidad y dramatismo con una sensación de proximidad, y se recrea en las texturas de los materiales.
Quietud y madurez
A partir de 1645 aproximadamente observamos una transformación radical en el estilo de Rembrandt. Las expresiones extrovertidas y el dinamismo de las composiciones desaparecen de sus cuadros, y los sustituyen la quietud y la concentración psicológica. El vigor físico característico de los personajes de Rembrandt en años anteriores se transforma ahora en vigor de espíritu. En muchas zonas de los cuadros las gruesas pinceladas, más que definir las formas, las sugieren. El protagonismo que Rembrandt concede en sus últimos años a una factura de aspecto inacabado es sorprendente. Según Arnold Houbraken (1660-1719), uno de los primeros biógrafos de Rembrandt, éste afirmó que “una pintura está terminada cuando el maestro ha conseguido sus objetivos”. Con esta frase Rembrandt afirmaba su independencia como creador y también su creencia en que los objetivos de la pintura van más allá que representar la mera apariencia de las cosas.
En esta exposición se incluyen obras de todas las épocas de la carrera de Rembrandt. En su juventud, los gestos de los personajes son extrovertidos y su mirada a menudo burlona y jocosa. En su madurez las emociones son más contenidas, y el énfasis se encuentra en la energía mental de los personajes.
Rembrandt conocía la historia de la pintura europea gracias a su inmensa colección de estampas y al mercado de arte de Ámsterdam. Junto a las obras de Rembrandt, en esta exposición se incluyen algunos cuadros de otros artistas, todos de la colección del Museo del Prado. La función de estas obras es ayudarnos a entender al pintor holandés: en algunos casos representan el modelo estético que guió al pintor o frente al que reaccionó. En otros, se trata de obras de contemporáneos cuya diferencia con Rembrandt sirve para comprender mejor su peculiar estética. El arte de Rembrandt está firmemente anclado en la tradición pictórica europea. Sin embargo, su actitud hacia esa tradición es crítica: muy pocos artistas han tenido su ambición de transformarla ni lo han hecho de forma tan radical.
Periodo de formación
El periodo de formación de Rembrandt se inició en Leiden en 1620, y culminó con su mudanza a Ámsterdam hacia 1631. En ese momento ya era un pintor de éxito que había aceptado a sus primeros pupilos. No existe un único estilo característico de Rembrandt en estos años, sino una variedad de idiomas a través de los cuales el pintor buscaba expresar con la mayor intensidad posible los sentimientos de los protagonistas de sus historias.
En los últimos años de la década de 1620 se observa en algunas obras de Rembrandt la influencia de Rubens (1577-1640), que en esos años se había convertido en el artista más famoso de Europa, y cuya obra conoció fundamentalmente a través de grabados. Durante más de una década, hasta 1645 aproximadamente, Rubens fue para Rembrandt un modelo a imitar desde el punto de vista artístico y profesional, que espoleó su ambición de convertirse en un gran pintor.
Amsterdam
Cuando Rembrandt trasladó su estudio de Leiden a Ámsterdam, hacia 1631-33, lo hizo como socio del marchante Hendrick Uylenburgh ―con cuya sobrina Saskia contrajo matrimonio en 1634―; Uylenburgh buscaba los clientes y el pintor realizaba los cuadros y dirigía un taller de pintores. Al poco tiempo, Rembrandt se convirtió en el artista de mayor éxito de la ciudad. Aunque en un principio su fama se basó en sus espléndidos retratos (de estos años data La lección de anatomía, del Museo Mauritshuis, de La Haya), también realizó numerosos cuadros de historia, el género más elitista de la pintura. Rembrandt conocía bien la historia de la pintura europea desde el Renacimiento, fundamentalmente a través de los grabados, que coleccionó en gran número. Su pintura refleja su conocimiento de la tradición así como su actitud crítica hacia ella: buscaba emular a los grandes artistas del pasado, pero al mismo tiempo ser un gran pintor con un idioma propio.
La influencia de Rubens
Desde su llegada a Ámsterdam hasta 1645 aproximadamente, Rembrandt vivió sus años de mayor éxito. Gracias a sus grabados, sus obras alcanzaron una gran difusión por toda Europa. El apoyo de Constatijn Huygens le sirvió para conseguir encargos de la corte de Frederik Hendrik de Orange y Amalia van Solms en La Haya, y encontró clientes entre la alta burguesía de Ámsterdam. En 1639 adquirió una elegante y costosa casa en la Sint Antonisbreestraat de Ámsterdam. En 1642 terminó de pintar La ronda de noche (Ámsterdam, Rijksmueum), y ese mismo año murió su esposa Saskia.
Estos son los años en que la forma de pintar de Rembrandt se acerca más a la de Rubens, a quien emula sin renunciar a su búsqueda de un idioma propio. Rembrandt combina en sus cuadros intensidad y dramatismo con una sensación de proximidad, y se recrea en las texturas de los materiales.
Quietud y madurez
A partir de 1645 aproximadamente observamos una transformación radical en el estilo de Rembrandt. Las expresiones extrovertidas y el dinamismo de las composiciones desaparecen de sus cuadros, y los sustituyen la quietud y la concentración psicológica. El vigor físico característico de los personajes de Rembrandt en años anteriores se transforma ahora en vigor de espíritu. En muchas zonas de los cuadros las gruesas pinceladas, más que definir las formas, las sugieren. El protagonismo que Rembrandt concede en sus últimos años a una factura de aspecto inacabado es sorprendente. Según Arnold Houbraken (1660-1719), uno de los primeros biógrafos de Rembrandt, éste afirmó que “una pintura está terminada cuando el maestro ha conseguido sus objetivos”. Con esta frase Rembrandt afirmaba su independencia como creador y también su creencia en que los objetivos de la pintura van más allá que representar la mera apariencia de las cosas.
Rembrandt. Pintor de historias
Museo del Prado, Madrid
Fechas:
15 de octubre de 2008- 6 de enero de 2009
Horario
De martes a domingo, festivos incluidos, de 9 a 20h. Excepto en los días que se señalan a continuación:
*24 de diciembre, 31 de diciembre y 6 de enero: de 9 a 14h.
*25 de diciembre y 1 de enero: cerrado
El acceso se interrumpe 30 minutos antes del cierre. El desalojo de las salas comienza 10 minutos antes del cierre
Museo Nacional del Prado. Calle Ruiz de Alarcón 23. Madrid 28014. Tel. +34 91 330 2800
Um comentário:
Yo quiero el "Sansón" de Rembrandt (la segunda imagen de arriba). Hay muchos más aquí Rembrandt etchings.
Muchas gracias por estas pinturas de Rembrandt!
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