Juicio a la derecha

¿Se ha vuelto loco Garzón? Lo parece un juez que pide el acta de defunción de Franco, que equipara el franquismo con el exterminio nazi y que se salta a la torera la ley de Amnistía de 1977 y la propia Constitución. Pero sólo lo parece si ignoramos las claves políticas de su decisión. Las únicas que explican este esperpento jurídico y, sobre todo, el apoyo de la izquierda a una decisión de manifiesta ilegalidad.

No es un magistrado loco el que ha actuado sino el ególatra erigido en agente político de esa izquierda española que nunca aceptó la legitimidad de la derecha democrática. La izquierda que jamás superó ideológicamente el antifranquismo. La izquierda que algunos abandonamos precisamente por eso. Por su incapacidad para evolucionar. No sólo rechazando los totalitarismos y los crímenes comunistas respaldados durante tantos y tantos años, sino aceptando las plenas credenciales democráticas de la derecha postfranquista.

Pero ni treinta años han bastado. Aún peor. Por su rechazo visceral de la derecha, la izquierda apostó y apuesta por los acuerdos con fuerzas independentistas o con la extrema izquierda. Y un juez se ofrece ahora para representar este traumático sectarismo. Para llevar a cabo judicialmente lo que la izquierda viene haciendo desde el inicio de la Transición. Una imputación a la derecha actual de las responsabilidades del franquismo. Un juicio a la derecha. Porque se trata de eso. De traer al franquismo al debate político actual. De denunciar el supuesto pasado criminal de la derecha. Y reivindicar la superior legitimidad de la izquierda.

Ninguna organización antiterrorista ni tampoco la derecha ha pedido jamás que se reabran los crímenes etarras ocurridos antes de la Ley de Amnistía del 77, que se persiga penalmente a los responsables y que se repare a las víctimas de esos crímenes. Incluido el asesinato de Carrero Blanco.

Y según los argumentos de Garzón y de quienes lo apoyan, deberían hacerlo. Si se trata de saltarse la Ley de Amnistía para reparar a las víctimas, habrá que hacerlo con todas. Y a empezar la Transición de nuevo, ya que la izquierda se empeña.

Edurne Uriarte
Catedrática de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco

www.abc.es