 | Cordoba Initiative. No es un nombre inocente. Se trata de una especie de ONG, cómo no, creada por el imam Feisal Abdul Rauf y llena de proyectos, todos los cuales giran en torno del objetivo central, que es construir una mezquita en la Zona Cero. |
Sí, ha leído usted bien. En el lugar en que se alzaban las Torres Gemelas. Feisal empezó a hacerse un sitio en el debate a partir de su propuesta de convertir en templo islámico la antigua fábrica, ahora abandonada, de Burlington Coat, en Park Place, a dos calles de la Zona Cero. Pero las cosas han ido más allá y ya se ha presentado un diseño para el edificio, de nueva planta. Y, como si eso fuera poco, ese diseño imita las torres destruidas en menor escala; no obstante, gigantesca: 13 plantas para mezquita y centro cultural islámico "abierto a todos los neoyorquinos", según Feisal.
Uno podría decir, parafraseando a Astérix: "Están locos estos musulmanes". Eso, sin tener en cuenta que, a diferencia de los romanos que conquistaron las Galias, los musulmanes no están solos. Resulta que el pasado mes de diciembre Joan Brown Campbell, directora del Departamento de Religión de la Chautauqua Institution, e hija del ex secretario general del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos, que apoya sin ambages al imam Feisal, habló de la posibilidad de "reacciones violentas" contra aquellos que se opusieran a la presencia islámica en la Zona Cero. Y añadió: "Construir tan cerca es reconocer la tragedia".
No: se trata de una tradición en el islamismo: así como construyeron Al Aqsa encima de las ruinas del Templo de Jerusalem, y la mezquita de Córdoba encima de una iglesia visigoda, y se adueñaron de Santa Sofía islamizando su nombre –Hagia Sophia–, y en paralelo con sus actuales reclamos sobre Córdoba y Granada, desean marcar su territorio en torno de las Torres Gemelas. De ahí que hayan llamado a su grupo de poder Iniciativa Córdoba. Necesitan convertir el lugar en una señal de triunfo. No estará en el centro mismo de la Zona Cero, pero proyectará su sombra sobre él.
Ha habido serias protestas, por supuesto, pero el alcalde Bloomberg no las ha tenido en cuenta. Cada uno es judío a su manera, y éste pertenece al grupo de los judíos sinvergüenzas, que también los hay.
De modo que el proyecto sigue adelante, como cuentan Joe Jackson y Bill Hutchinson en el Daily News. El comité de la comunidad del distrito financiero número 1 ha dado ya su apoyo. El edificio se llamará Cordoba House y costará 100 millones de dólares, para lo cual se ha puesto en movimiento la señora Daisy Khan en la recogida de donativos: es la directora de la Sociedad Americana para el Avance del Islam. El portavoz del comité, Ro Sheffe, ha dicho que será "un maravilloso activo para la comunidad". A Sheffe no le importan los contenidos: le interesa mucho un edificio de acero y cristal que tendrá una sala con quinientas localidades para eventos artísticos, una piscina y una pista para baskeball.
Daisy Kahn afirma que el proyecto ha encontrado poca oposición. Añadió que espera que la construcción se termine el 11 de setiembre de 2011, décimo aniversario del ataque a las Torres. Como celebración, supongo. Estima Mrs. Kahn que acudirán a rezar cada viernes entre 1.000 y 2.000 fieles.
Lo peor del caso es que lo de la poca oposición es cierto.
"Comprendo que no se trata de todos los musulmanes, pero no quiero visitar el lugar donde mi hijo murió el 11 de setiembre y ver una mezquita", dijo el director retirado del Departamento de Bomberos Jim Riches, cuyo hijo pereció en las tareas de rescate. "Si me lo preguntan, diré que es la religión del odio", añadió. Por su parte, Rosemary Cain, madre de otro bombero muerto en acto de servicio el 11/9, afirma que el proyecto es una "bofetada". "Es despreciable. Es tierra sagrada. ¿Cómo se puede permitir la construcción de una mezquita allí. Contamina la zona", finalizó. Ninguno de los dos asistió a la reunión de familiares de víctimas de los atentados.
Yo creo que éste es el mayor éxito del islam expansionista en toda la década. Y el principio del fin del imperio americano. Lo echaremos de menos, os lo juro. Aunque sepamos que ése es el papel liquidador de Barack Hussein Obama.
Horacio Vázquez-Rial
http://exteriores.libertaddigital.com
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