Muchos republicanos celebran hoy la instauración de la Segunda República en España, el 14 de abril de 1931, en lo que fue uno de los hechos más lamentables y políticamente incomprensibles que ha dado nuestra Historia. Los resultados de unas elecciones municipales en las que el voto monárquico casi cuadruplicó al republicano fue convertido por los enemigos de Alfonso XIII en un plebiscito a favor de un cambio en la cabeza del Estado. ¿Para cuándo, pues, un proyecto de ley socialista que explique a los ciudadanos de hoy, con todo lujo de detalles, lo que ocurrió en la Segunda República? De acuerdo a los datos oficiales, los comicios locales de aquel año arrojaron un resultado de 22.150 concejales monárquicos, por 5.875 republicanos. Aún así, los antimonárquicos consiguieron hacer triunfar la tesis de que el pueblo había dado la espalda al rey Alfonso XIII y promovieron su salida de España, así como el posterior exilio a Roma. Como explica el historiador Ricardo de la Cierva en su libro "El 18 de julio no fue un golpe militar fascista", "el advenimiento de la República no se produjo por trastorno revolucionario ni por una decisión popular, sino por una sucesión de hechos anticonstitucionales como fueron una conjura de personalidades republicanas (Pacto de San Sebastián), dos golpes militares mal coordinados y claramente subversivos, la depresión y el desánimo incontenibles del Rey don Alfonso XIII y sus consejeros liberales, la agresión sostenida de una parte del estamento intelectual y algunos portavoces de partidos hostiles muy minoritarios, y finalmente, las elecciones municipales que, desde el punto de vista democrático, la República no ganó." En una reciente entrevista concedida a este mismo diario, el historiador Jesús Palacios decía lo siguiente en relación a la presunta legalidad republicana: "¿Cuándo se puede decir que la legalidad republicana queda absolutamente rota? Cuando el propio Estado rompe lo que es un estado de derecho, cuando los funcionarios policiales del propio gobierno se dedican a la aniquilación del adversario, como es el de Calvo Sotelo. Uno de los miembros del comando ejecutor del asesinato de Calvo Sotelo formaba parte de la seguridad del propio Prieto. En ese momento, no hay legalidad que poder defender. Entonces es el paso decisivo, el Rubicón que Franco pasa para poder rebelarse y ponerse de parte de la insurrección militar". En esa misma entrevista, el prestigioso historiador norteamericano Stanley Payne, uno de los más reconocidos hispanistas del mundo, aseguraba que "no había existido un gobierno republicano, fue un gobierno que no quería aplicar la ley", además "en el mes de mayo, las elecciones en Cuenca y Granada, evidentemente fueron elecciones fraudulentas, sin libertad". Por si fuera poco, Payne, en alusión a la Ley de la Memoria HIstórica, añade que "la intención de esta ley se ve que es falsificar La pregunta que nos hacemos en Diario YA es: ¿Para cuándo una Ley de la Memoria Histórica que explique con detalle a los españoles lo que fue, en realidad, la Segunda República?
terça-feira, 14 de abril de 2009
Aquel 14 de abril...
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