No sé si la ministra de Defensa estará haciendo algo productivo por la modernización de los Ejércitos, pero de lo que no me cabe duda es de que está obsesionada con eliminar las tradiciones, hacer olvidar que Franco fue militar, borrar de nuestra memoria a Moscardó, quitar del mapa el Alcázar de Toledo, tapar las hojas de los libros en las que se menciona el desembarco de Alhucemas y asediarnos con prohibiciones soviéticas que dejan siempre a salvo los desmanes del Ejército republicano.
Curiosa selección en la que no podían faltar ni el Valle de los Caídos, por fin cerrado, ni la Santa Misa, eliminada ya de los cuarteles. Cosa llamativa porque desde siempre la Misa formó parte de la tradición castrense y nunca pasó nada. El Cristo de la Buena Muerte no se entiende sin La Legión ni La Academia de Infantería de Toledo sin el Corpus ni la entrega anual de despachos de la Armada sin la Misa en honor de la Virgen del Carmen, patrona de los marinos. Al margen de creencias, es algo asumido y aceptado con naturalidad, sin que tengamos noticias de protestas en la calle o internas en los Ejércitos. Se ve que por eso mismo molesta tanto a Chacón. Al paso que va prohibirá los premios en forma de cruces, que el himno suene en las procesiones y las ceremonias católicas en los funerales de Estado. Todo un currículo.
José Antonio Vera
www.larazon.es
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