Como dije en un artículo anterior (http://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/quienes-fueron-las-victimas-del-franquismo-54532/), el señor Antonio Torres me ha hecho llegar la relación de procedimientos a cargo de cuatro juzgados militares de los años 1939 y 40, los años más duros, en la que se detallan las penas impuestas, fundamentalmente a militares del Frente Popular, con un total de 1.199 causas. El número de penas de muerte totaliza 24, de las cuales 15 fueron conmutadas a cadena perpetua (30 años de prisión. Conviene decir que esas cadenas perpetuas solían durar de hecho entre 4 y 8 años), y otras quedaron pendientes de revisión, ejecutándose un total de 4. Las demás penas son, en su inmensa mayoría, muy inferiores, una proporción muy considerable de las acusaciones fue sobreseída y otras muchas declaradas sin responsabilidad. Lo cual ofrece una imagen muy distinta de la que han difundido las izquierdas sobre el carácter vengativo y sin garantía alguna de dichos tribunales: valdría la pena compararlos con los “tribunales populares” de las izquierdas durante la guerra.
Naturalmente, no sugiero que todos los tribunales se mostrasen tan benévolos como estos. Pero por ello mismo sería preciso revisar aquellos procesos para hacerse una idea más concreta y clara de todo el asunto, viciado hasta hoy por las habituales exageraciones y embustes de historiadores llenos de prejuicios izquierdistas y a menudo subvencionados por el poder. No por nada pide la izquierda declarar nulos aquellos juicios, sabiendo perfectamente que gran número de las personas juzgadas lo fue por indudables crímenes, a menudo espantosos.
Por otra parte, el historiador Francisco Núñez Roldán me ha remitido la siguiente carta:
Estimado Pío, (…)
Recordarás que te hablaba de lo que di en llamar “aspecto del victimario de la guerra”, y es sencillamente lo que sigue: Existe un estudio, uno más, pero exhaustivo y muy riguroso, de un tal Luis Miguel Sánchez Tostado, que ha publicado la Colección Memoria Histórica de la Junta de Andalucía, y prologa Paul Preston. El libro se llama “La guerra civil en Jaén”. Con tales padrinazgos verás que no es precisamente un libro que tienda a ser medianamente favorable en su tratamiento de texto hacia la causa nacional. Pero no importa. Mejor. Y te indico por qué.
El referido estudio, de ochocientas páginas exactamente, contiene, aparte de una relación de hechos claramente sesgados hacia el bando republicano, una cierta cantidad de fotografías, de nuevo mostrando numerosos rostros de represaliados en la posguerra, evitando cualquier retrato de los fusilados por los rojos. Cositas de la memoria histórica, ya sabes.
No trata el texto de muertos en los frentes, sino de represaliados en la provincia primero, y ejecutados después de la guerra.
Y llegamos a las cifras, a los nombres, de esos represaliados, medidos por el mismo rasero. Salen todos. Sus edades, oficios, lugares de ejecución. Por orden alfabético. Una labor admirable, es cierto. Aquí el tema es más riguroso, y no digamos su elemental explicación: resulta que el amigo Sánchez Tostado, ha recogido lo que admite que aún no es recuento exhaustivo, pero casi:
Y en la pg. 519 da 3.317 como muertes totales causadas por la “represión franquista”, lo que incluye fallecimientos en prisión, víctimas de bombardeos, etc. Y 148, ojo al dato, los califica “sin formación de causa”, -casi todo maquis y fugados- mientras que en virtud de sentencia firme da 1.948.
Luego admite 1.924 muertes causadas por la represión republicana, que también incluye unas cuantas en prisión, otras por bombardeos, y demás, menores en número que por la parte de Franco. Demos por válidas por el momento esas cifras, a pesar de los padrinos editoriales y prologuísticos que las respaldan. Pero -y aquí viene el dato para mí importante y que me gustaría observases-, las “muertes violentas” en la zona roja sin formación de causa ascienden a 1.737. Lo admite uno de ellos, respaldado por la Junta.
Quiere todo esto decir, amigo Pío, que pese a ser datos sacados por un izquierdista -que por cierto se ve obligado a relatar innúmeras truculencias gubernativas-, el caso es que los asesinatos en la zona roja son innumerablemente mayores que en la zona nacional, porque no puede obviarse el tema, y este es nudo de la cuestión, que casi todas las muertes en dicha zona y tiempo fue a personas por el mero hecho de ser de derechas, o figurarse que lo eran, pero al fin y al cabo, casi todos sin juicio y meramente por cuestiones ideológicas. Asesinatos ideológicos, al fin y al cabo, los de agricultores, funcionarios, empleados, amas de casa, sacerdotes y monjas que aparecen en las listas y que no habían matado ni herido físicamente a nadie, con alguna excepción, quizá.
Y sin embargo las muertes causadas por la “represión franquista” son casi todas ellas sobre personas que habían matado o mandado matar a personas indefensas no precisamente en el campo de batalla ni a gente armada. (recordemos que Casado o Rojo mueren en sus camas, en España, en condiciones poco gloriosas, pero en sus camas respectivas, como tantos militares republicanos.)
Es seguro que cualquier estudio sobre cualquier otra provincia que disfrutó el régimen republicano durante los mil días de la guerra dará resultados muy similares, y bien estará que salga a la luz, cuanto antes mejor.
Este es un punto en el que creo que hay que insistir cuando se habla de las dos represiones y se las pretende igualar. No es sólo ya la diferencia numérica de un régimen que sólo ocupó media España, y en continua disminución -como tú bien explicas-, y que no mató más porque no ocupó más ni ganó la guerra, sino ese aspecto siniestro de la represión roja sin juicio y sobre todo sobre personas que nada habían hecho sino pensar distinto y ejercer de rivales políticos. Ni que decir tiene que fueron asesinatos tolerados y jaleados por todas las instancias de la administración de la República, como tú sabes e indicas.
Las muertes causadas por el franquismo, no sólo son con juicio, por viciado que este estuviese, sino que casi exclusivamente se ejercen sobre gentes que han asesinado, torturado con sus manos o mandado asesinar y torturar.
Este es un aspecto que creo de interés desarrollar y que no recuerdo haber leído en tus textos o en otros al respecto, y que mira por donde me lo ha sugerido un libro que no está publicado, creo, con ese propósito pero que gracias a su larga lista de nombres, edades, oficios, fechas y circunstancias de muerte me ha resultado aspecto tan evidente como necesario de reivindicar.
Observaciones:
a) Los datos de esa procedencia deben considerarse sospechosos a priori, dada la amplísima y prolongada experiencia de distorsiones y exageraciones presentes en este tipo de libros. Aparte de que suelen mezclar como “víctimas de la represión franquista” a muertos en muy diversas circunstancias, incluso a derechistas matados por las izquierdas, y nunca señalan los muertos de izquierda víctimas de otros grupos izquierdistas. No obstante, casi siempre se les escapan contradicciones como las señaladas.
b) Lo ocurrido en Jaén no puede extrapolarse de modo general, pues estuvo todo el tiempo en manos del Frente Popular. Durante la guerra también fueron fusilados muchos izquierdistas sin formación de causa en las provincias que cayeron pronto en manos de los nacionales. Esto se explica por las circunstancias mismas que tomó aquella guerra desde el principio (limpieza de retaguardia en el bando nacional, exterminio deliberado de derechistas y clérigos, en el contrario --pues al principio estaban seguros de que iban a vencer, mientras que los nacionales habían quedado en una posición casi desesperada).
c) No obstante, la observación de Núñez Roldán sigue siendo muy adecuada, por cuanto en los países donde triunfaron partidos semejantes a los del Frente Popular español, después de la Guerra Mundial, la inmensa mayoría de las víctimas lo fue por simple asesinato, sin juicio alguno. Así ocurrió no solo en los países del este, sino también en, por lo menos, Francia e Italia, donde la guerra mundial se dobló en una guerra civil. Esta última fue de muchísima menos intensidad y duración que la española, pese a lo cual el número de víctimas de represiones y venganzas fue muy comparable. En España, de haber ganado el Frente Popular, habría ocurrido algo semejante y en mucha mayor escala, habida cuenta de cómo se asesinaron entre sí las izquierdas y de experiencias posteriores como la del stalinista maquis, que incluyó multitud de asesinatos y secuestros, y también liquidación de izquierdistas desafectos. No se trata, pues, de un futurible gratuito.
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****Presentación de “Nueva historia de España”: http://www.youtube.com/watch?v=CKNJUatdVg0
****La decana de Historia de la universidad de Valencia, ¿no podría ser denunciada a los jueces por apología del terrorismo, habiendo tenido durante siete meses el careto de De Juana Chaos presidiendo una sala de la facultad? No basta con exigir su dimisión.
****Blog. Hilo de anteayer, datos interesantes: Sherme: “el marxista y masón Salvador Allende había renunciado a la Masonería hacía muchos años atrás. "Cuando entró en política partidaria". Por cierto, ¿nadie dice que TAMBIÉN Pinochet era masón? Y de la misma logia que Allende”.
**Hilo de ayer, Manuelp: La frase de Fernández de la Mora contestando a Kissinger, “muestra que Fernández de la Mora era de la misma onda que Rajoy con lo de la economia lo es todo. Así les fue.” Cierto, la frase sí. Pero en Fernández de la Mora había un pensamiento y una ideología nada desdeñables, aunque yo no los comparta. En cambio, detrás de Rajoy no hay más que eso, “la economía lo es todo”, y el medio para conseguirla es ganar el poder, a costa de lo que sea.
Pío Moa
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado
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