quinta-feira, 6 de maio de 2010

Quevedo inédito

Quevedo.
Es un hecho corriente ver en las librerías libros con material hasta el momento inédito de grandes poetas. Lo que ya no lo es tanto, es más, lo que es extraordinario es encontrarse con poesía inédita de Quevedo. Por eso, ésta será una de las grandes novedades editoriales del año.

Poesía inédita tiene un quejumbroso prólogo del catedrático de Literatura Pablo Jauralde, experto en el Siglo de Oro y en Quevedo: se duele de los fondos que dormitan, olvidados, en bibliotecas como la de Évora; fondos que cada vez recibirán menos atención por parte de unos estudiosos que habrían perdido interés por hacer investigaciones como la que ha dado por fruto el libro que comentamos.

La historia de este volumen es uno de sus más importantes valores. Quevedo fue un escritor de éxito en vida, y vio publicada gran parte de su obra. Pero no toda. Es más: una porción no desdeñable de sus escritos y poemas se ha perdido, quizá para siempre. Pedro Coello, editor y amigo del poeta, dijo de él:
Murió en Villanueva de los Infantes; y de papeles muchos originales de sus escritos, que siempre traía consigo, se echaron entonces menos gran suma. De manera que de sus poesías, lo que yo pude alcançar, de todo género de negociación, no fue de veinte partes, una, según aseguraron los mismos que en aquella ocasión la vieron.
La obra que conocemos de Quevedo nos basta para decir de él que es uno de los grandes poetas de todos los tiempos. Le hubiera bastado con escribir Amor constante más allá de la muerte para merecer ese reconocimiento, pero son muchas otras las obras suyas por las que tampoco pasa el tiempo. Algunas de ellas están en la mente de todos.

Y eso, repito, que ni mucho menos conocemos toda su obra. ¿Qué tesoros no nos estaremos perdiendo? Podemos hacernos una idea gracias a la filóloga María Hernández, autora de una tesis sobre el teatro quevediano, que, rebuscando en el archivo de la Biblioteca Pública de Évora, encontró un códice, con contenidos muy variados, en el que creyó reconocer poesías que parecían haber salido de la mano del madrileño. A partir de ahí inició una labor de crítica para no atribuir composición bastarda alguna Quevedo, pero también para no dejar sin reconocimiento a cualquier hija natural del aquél. "Los poemas son muy buenos. Pero lo que intento con este libro es que se haga un vaciado de los manuscritos que están todavía en esta clase de bibliotecas", dice Hernández; que no ve su libro como algo cerrado: por ello, ruega al lector que le remita "sus impresiones, apuntes y críticas" a su cuenta de correo electrónico.

Una vez pasado el manuscrito por el cedazo de María Hernández, quedó el contenido de este libro. La editora advierte de que se han modernizado "la ortografía sin relevancia fonética, la acentuación y el uso de mayúsculas", de que se ha regularizado "la disposición de los textos" y de que se ha procedido a eliminar las "erratas evidentes". Todo para acercar al lector moderno este Quevedo inédito.

Los poemas están agrupados en los grandes temas que trató el autor: la moral, el amor, la sátira y la política. Déjenme destacar algunas de sus composiciones. De sus poesías morales elegiré un "Soneto a la franqueza" que habla de la futilidad del progreso obtenido con rapidez y todo tipo de actos ilícitos:
Pero fue mi subir como un cohete,
que todo cuanto puede en la subida
emplea sin pensar que el bajar falta.

El Tiempo en mí cumplió lo que promete,
y dio gran estallido mi caída
por ser pesado yo, y la torre, alta.
Entre la poesía amorosa, la más representada aquí, sobresale el romance "Pendiente deja la lira"; y en la satírica encontramos a un Quevedo socarrón e incluso zafio: vean, si no, estos versos, con que se abre el soneto "Descripción de la hermosura":
Piojos cría el cabello más dorado
legañas hace el ojo más vistoso,
en la nariz del rostro más hermoso
el asqueroso moco está enredado.
De entre los poemas políticos destacan los dedicados a la corte, porque describen las intrigas y miserias que rodean al poder. "De las nuevas de la corte":
Invidia grande, confusión extraña
enano el gusto y el pesar gigante,
dada la extremaunción a la comedia.

El dinero arrimándose a una caña,
la malicia pidiendo con un guante,
y más habrá si Dios no lo remedia.
Del romance "A la corte", que es "confusión y ociosidad / robos, temores y enredos", este par de estrofas:
Púsole por nombre corte,
como cortando por medio,
que no acabara en su vida
a querer decirlo entero.

Qué de señores sustentas
que, aficionados del puesto,
han dejado sus haciendas
más allá del mar bermejo.
Pero basta de recoger muestras: corra a la librería y, ya en casa, disfrute, en tragos pausados, de esta Poesía inédita: uno de sus principales méritos reside en que invita a volver a la obra ya conocida del "jodido estevado", que diría el maestro Campmany.


FRANCISCO DE QUEVEDO: POESÍA INÉDITA. Libros del Silencio (Barcelona), 2010, 168 páginas.

José Carlos Rodríguez

http://libros.libertaddigital.com

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