(Foto: AFP)
La vida de Eluana Englaro merece todo el respeto, y sus circunstancias, toda la compasión. Es un caso muy delicado donde no podemos hacer un juicio de valor negativo en contra de nadie. Sin embargo, hay un aspecto que se debe puntualizar, y es la forma en la que se la va a dejar morir. Van a quitar la alimentación y la hidratación a Eluana, por lo que morirá lentamente de hambre y sed. Si nadie es capaz de valorar lo que sufre en su estado actual -aunque hay evidencias de que las personas en coma sufren-, mucho menos sabemos lo que va a llegar a padecer en las cerca de dos semanas que tardará en fallecer. Como persona, creo que esto es una crueldad no acorde con la Dignidad Humana y, desde el punto de vista ético, como director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia, creo que debe mantenerse un principio de precaución, porque si se abre una puerta en Bioética, hay que saber dónde se cerrará y qué puertas colaterales podrá abrir. El de Eluana es un caso terrible. Sólo la eutanasia activa le proporcionaría una muerte rápida, pero, éticamente, es inaceptable. Aunque hay que reconocer la dureza del caso, la única opción con Eluana es seguir cuidándola.
Justo Aznar
www.larazon.es
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