Hoy, día 12 de febrero, se cumplen doscientos años del nacimiento de Charles Darwin, el padre de la Teoría de la Evolución y probablemente el científico más importante (y discutido) de todos los tiempos. Decenas de actos y homenajes se preparan en todo el mundo para conmemorar el aniversario. Evolucionistas y creacionistas afilan sus armas dialécticas para continuar, hoy, el debate. Pero entre los múltiples fastos, he elegido el que quizá sea el más modesto de todos, aunque también el más duradero. Y es que el rostro de Darwin lleva más de cien años apareciendo... en las etiquetas de las botellas de Anís del Mono.
Para los que no se hayan dado cuenta todavía del detalle, aquí van unas sencillas instrucciones. Tómese una foto de Charles Darwin (basta con teclear su nombre en Google para que aparezcan varias). Y compárese después la foto con la etiqueta de cualquier botella de Anís del Mono, uno de los símbolos (junto con el toro de Osborne, el "sol y sombra" y el carajillo), que más y mejor reflejan las costumbres de este nuestro país durante muchas décadas. El parecido es asombroso, sí. Y, por supuesto, no se trata de una casualidad.
Puede que nunca lleguemos a estar del todo seguros de las auténticas razones que impulsaron a los hermanos Bosch a colocar a Darwin, con cuerpo de mono, en las etiquetas de su ya más que centenario anís. Pero ahí está. Desde 1898, año en que fue elegido el cartel (realizado por el pintor modernista Ramón Casas), el rostro del científico más famoso del mundo aparece en todas y cada una de las botellas del anís más famoso de España.
Teorías para todos los gustos
Algunos sostienen que no fue más que un intento de ridiculizar al científico, el primero que se atrevió a decir que el hombre descendía de los monos, precisamente en el momento (finales del XIX) en que el debate sobre sus ideas era más violento. Y al parecer, los hermanos Vicente y José Bosch, los dueños de la fábrica de anís de Badalona, no eraan precisamente partidarios de la teoría de la evolución de las especies. Darwin, por otra parte, también apareció por esos años (en 1871) caricaturizado y con cuerpo de chimpancé en una célebre ilustración publicada por la revista Hornet (es la que aparece en este mismo post).
Aunque otros defienden, sin embargo, todo lo contrario. Que los Bosch aprovecharon el debate para publicitar su marca de anís como "la más evolucionada". De hecho, si uno se fija bien, el mono de la etiqueta sostiene un papel en su mano derecha en el que se puede leer lo siguiente: "Es el mejor. La Ciencia lo dijo y yo no miento". Sobran comentarios.
No faltan tampoco los que dicen que lo del mono se debe a algo mucho más simple. Al parecer, la mascota de la fábrica (un monito traído de América) se hizo tan popular en Badalona que los paisanos iban expresamente a verle "donde el anís del mono". Y con ese nombre se quedó por fin el producto estrella de la compañía. (Por cierto, la fábrica alberga una exposición que se puede visitar y en la que hay una vidriera con el "Darwin-mono")
Finalmente, hay quien asegura que la idea no estaba reflejada en el cartel de Ramón Casas (el mono de la etiqueta original no tenía facciones reconocibles) sino que fue añadida después por el grabador Salas, a la sazón suegro de Vicente Bosch...
Sea como fuere, lo cierto es que el rostro de Darwin lleva más de cien años apareciendo en las dichosas etiquetas. Y que me digan a mi, con independencia de la intención que lo llevó hasta ellas, qué homenaje de los previstos se puede comparar a éste. Más de un siglo de publicidad gratis... Más de uno, seguro, firmaría por menos de la mitad...
José Manuel Nieves
www.abc.es
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