sexta-feira, 14 de novembro de 2008

Catarro apocalíptico

El historiador e hispanista Stanley Payne ha dicho que la «Ley de Memoria Histórica» es una campaña política, fría y perfectamente preparada. «Es necesario darse cuenta de la historia verdadera, estudiarla desde un punto de vista objetivo, aceptarla en su plenitud sin partidismos ni fanatismos.

La Izquierda muestra tan sólo una parte de la verdad, cuando en realidad, la verdad nunca es absoluta». Tiene toda la razón Stanley Payne, pero poco se puede hacer para detener la sempiterna media verdad de la Izquierda que por provenir de sus eficaces laboratorios se convierte en la única verdad.

No le habrán gustado las reflexiones de Payne a uno de los más poderosos laboratorios de medias verdades de la Izquierda, que no es otro que la organización llamada «Amnistía Internacional».

La escrupulosa organización presumiblemente imparcial y demostradamente subjetiva, no ha considerado todavía a la ETA banda terrorista. Usa de todos los trucos semánticos posibles y piruetas de adjetivos para no herir la sensible piel del terrorismo.

Para «Amnistía Internacional», Iñaki de Juana Chaos es un «miembro de una organización armada», como cualquiera de los socios del Real Club de Monteros de España, o del romano Círculo de la Caza, que cuenta con una bellísima sede en la capital de Italia. Miembros de organizaciones armadas son todos los socios pertenecientes a los clubes de Tiro de Pichón, e incluso los deportistas federados en cualquier modalidad de Tiro Olímpico.

Amnistía Internacional se ha posicionado, como era de prever, del lado de Garzón, la apertura de fosas y la «Ley de Memoria Histórica». «Las víctimas tienen el mismo derecho en Ruanda que en Badajoz», ha manifestado su ilustre director durante la presentación de su interesante informe «España debe investigar los Crímenes del Pasado». Mal empieza con las comparaciones. ¿Por qué Badajoz y no Paracuellos? Afirma el ilustre y escrupuloso director de Amnistía Internacional que hay más desaparecidos por el franquismo que en toda Latinoamérica. De ser así, y si el ilustre director tuviera un mínimo y agotado sentido de la justicia, tendría que decir que también hay más desaparecidos por el bando republicano que en toda Latinoamérica, porque si establece que en América han desaparecido treinta mil personas, si no he olvidado la aritmética que me enseñaron en el colegio, treinta mil personas son menos que cien mil, que es la cifra calculada de españoles fusilados, torturados y desaparecidos desde el año 1934. Y lo han leído bien. 1934, año en el que la Izquierda no acepta el resultado de las urnas y pierde la República su legitimidad con los sangrientos y criminales hechos protagonizados por comunistas, anarquistas y socialistas en la llamada Revolución de Asturias.

Si el franquismo asesinó a ciento catorce mil españoles, las izquierdas hicieron lo mismo con otros cien mil, y no parece descabellado solicitar al bondadoso director de Amnistía Internacional que sea algo más sensible y caritativo con las víctimas de la Izquierda, que parece ser que murieron por una apocalíptica y devastadora epidemia de catarros. También la mayor parte de esos inocentes descansan en innumerables fosas comunes, pero su restos nada interesan a los hacedores de informes de Amnistía Internacional. Malditos catarros.

Alfonso Ussía
www.larazon.es

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