domingo, 9 de novembro de 2008

Obama es otra cosa


Obama no es como Zapatero, aunque a nuestro presidente del Gobierno le gustaría mucho que cada vez que miramos al presidente electo de los Estados Unidos viéramos, más allá de su tez oscura, sus orejas de soplillo y sus larguísimas piernas, a una copia en yanki de su persona. Es cierto que ambos tienen en común su pertenencia a una misma generación y el haber ganado unas elecciones de manera fulgurante y sin comprometerse con promesas muy concretas. Pero ahí termina el paralelismo.

Es imposible que Obama anuncie la retirada inmediata de sus tropas de Irak, ni que renuncie a aumentar sus efectivos en Afganistán, ni acepte el primer envite que le pongan sobre la mesa rusos o iraníes, ni mucho menos sueñe siquiera con conseguir una alianza de civilizaciones. Lo que demuestra nuestro presidente cuando asegura que comparte con el norteamericano la misma visión del mundo es una ignorancia supina de la visión de Obama que, sí, quiere aparecer como más simpático que Bush, pero sin perder de vista la defensa de los intereses de su país.

En cuanto a las maneras de gobernar, las diferencias son aún mucho mayores. Obama no pretenderá ajustar cuentas con los esclavistas ni abrir tumbas de las víctimas negras de la Guerra de Secesión. Tampoco concederá a ninguno de los Estados competencias que su Constitución reserva al Gobierno Federal para asegurarse los votos de los congresistas de ese Estado. Nunca se le ocurrirá elaborar una estrategia para, aprovechando su holgada victoria, eliminar del mapa al Partido Republicano. Y, como estamos viendo, no solo no negará que su país padece una grave crisis económica, sino que antes de tomar posesión ya está advirtiendo que no será fácil salir de ella y que para hacerlo tendrá que adoptar medidas impopulares.

Curri Valenzuela
www.abc.es

Nenhum comentário:

 
Locations of visitors to this page