sexta-feira, 25 de junho de 2010

Liberad al soldado Shalit

Este viernes 25 de junio se cumplen cuatro años desde que unos terroristas de Hamás asesinaran a dos de sus compañeros y secuestraran al soldado israelí Guilad Shalit. Retenerle es un acto de crueldad inhumana.

Se sabe que está vivo porque sus secuestradores han dado pruebas de ello. El gobierno de Jerusalén ha intentado vía el canje de prisioneros (mil presos de Hamás por la vida de sus soldado) la liberación de Shalit. Sin éxito.

Y es que Hamás sabe que manteniéndolo cautivo en realidad a quien tiene cautivo es a todo Israel. No hay decisión política o militar que no tenga bien presente el destino del soldado. Así de simple. Nosotros sabemos bien, o deberíamos saberlo, el peso y el impacto de casos como la tortura de Ortega Lara y el vil asesinato de Miguel Ángel Blanco. Y aunque solo fuera por eso, por pura solidaridad humana, tendríamos que entender la difícil situación de los dirigentes israelíes y de todos los israelíes, empezando por la familia del secuestrado.

Yo he tenido la suerte de conocer en persona al padre de Guilad Shalit. Me lo presentó un buen amigo, un general joven, dinámico y abierto, de esos que jueces como Garzón impiden que visiten España, acusado de daños colaterales durante la eliminación de un destacado terrorista palestino. Mientras hablé con él de la región, de sus problemas, pude ver la entereza y la esperanza de un padre cuyo más profundo dolor es verse privado de la presencia de su hijo.

Los españoles condenamos el secuestro a manos de Al Qaida en el Magreb de tres de nuestros cooperantes. Dos de ellos todavía presos en penosas condiciones. No sé, sinceramente, por qué no somos capaces de condenar con la misma intensidad la crueldad de otro grupo, Hamás, cuya esencia es el terror y cuya filosofía no es más que el odio.

Rafael L. Bardají

www.abc.es

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