domingo, 31 de agosto de 2008

Loquillo y su carta a Pablo Milanés, el buen cantante y gran farsante


El cantante Loquillo ha demostrado, una vez más, su alto nivel de dignidad y valentía. No es fácil en ese mundillo enfrentarse a los que Alberto Cortez denomina «rojos de Visa Oro». Junto a Loquillo se ha alineado Sabino Méndez, y posteriormente Miguel Bosé y Alejandro Sanz. Estos últimos también han dejado palpable su sentido de la independencia y del coraje. Miguel Bosé no concede amnistías a los terroristas, ni en España ni en Colombia, donde ha cantado en beneficio de las víctimas de los criminales de las FARC. Y Alejandro Sanz fue vetado por el tirano Chávez, el que se cayó cuando se calló. Loquillo escribió una carta al buen cantante y gran farsante Pablo Milanés, para que intercediera ante sus amigos Raúl y Fidel Castro y devolvieran la libertad a Gorki Águila, un cantante cubano roquero que ha sido detenido por criticar a los Castro y su ruinosa revolución en una canción. Gorki Águila, antes de ser puesto en libertad con una multa, ingresó en una amable chirona cubana acusado de «peligrosidad predelictiva», porque en Cuba se decide quién es predelincuente y quién no. Y un predelincuente es siempre peligroso si no comparte la farsa de la revolución cubana, que ya ha iniciado su derrumbamiento por dentro, única manera de alcanzar la libertad en Cuba sin sangre ni violencia. Pero Loquillo no se ha referido tan sólo a Pablo Milanés, sino a muchos de sus compatriotas cantantes y actores que permanecen en vergonzoso silencio ante el atropello sufrido por el artista cubano. «Me sorprende que no haya habido una reacción de los artistas y de los músicos que tanto dicen amar la libertad en Cuba. Parece ser que cuando les tocan los bolsillos, se callan la boca». A esos cantantes y artistas, admirado Loquillo, hay que sumar la relación de periodistas y escritores que, o bien por su retroprogresismo fanático o por su capacidad de gratitud por los dólares y estancias gratuitas que reciben de las autoridades cubanas, no pueden decir ni mú, y no son pocos.

La libertad, a veces, es muy dura. Esos cantantes, actores y periodistas afónicos con la represión cubana, son los mismos que llamaron a un presidente democrático de España «asesino». Y nada les sucedió, por entenderse que tenían libertad para hacerlo. Pero en Cuba, insinuar que Raúl Castro bebe más de la cuenta es un peligroso predelito, y mientras unos se broncean y bañan gratis total en las blancas playas de la tiranía caribeña, otros penan años y años de cárcel por delitos o predelitos de opinón, expresión e incluso pensamiento. Y la postura de Loquillo, un cantante de la izquierda no apesebrada, resulta fundamental para que los «rojos de Visa Oro», victormanueles, anabelenes, grandeswyominguis, bardemes, y demás componentes de la interminable lista, se sientan desnudados ante la opinión pública, que es mansa y tardía, pero al final reacciona. Y es de esperar, que el Gobierno de España, por medio del ministro de Asuntos Exteriores, se interese por la situación del cantante encarcelado por predelincuente peligroso, aunque sólo sea para salvar la limpieza de su cara. Y que los escritores y periodistas a sueldo de dólares o estancias gratuitas en su amada, arruinada y encarcelada Cuba, se atrevan a decir, asumiendo el riesgo del desamor de los Castro, que la libertad está por encima de todo y que no se puede detener a nadie por un predelito que no es otra cosa que el valiente ejercicio de la libertad. Loquillo los ha desenmascarado una vez más. En nombre de la libertad, gracias.


Alfonso Ussía
www.larazon.es

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