sexta-feira, 23 de abril de 2010

El velo

La cosa está tan tonta en esta España nuestra que la derecha está pidiendo la prohibición del velo como en la Francia laicista y la izquierda aboga por él para hacerle la rosca a los islámicos, a ver si votan socialista. La verdad es que es un asunto incómodo porque a nadie le gusta sospechar que crecen integristas entre nosotros y que los cosechamos en nuestras escuelas. Pero lo cierto es que la pañoleta no es nueva en España: nuestras abuelas la llevaban siempre, bien negra, y en las procesiones las mujeres usamos mantilla como símbolo de deferencia y elegancia. Los radicales están esperando que la derecha les haga la batalla contra el velo para poder pedir la supresión de toda indumentaria religiosa de la vida pública, incluidas las tocas de las monjas y las medallas de los niños. Para mí que no hay que ponerse nerviosos. Occidente es grande porque protege las libertades, entre ellas la religiosa, y no estamos en época de hogueras ni picotas. Que una chica lleve pañoleta no es nuevo ni grave y además no se llama velo porque no «vela» nada. Sólo tapa la cabeza, como el sombrero. Lo que es grave es el uso del burka para ocultar el rostro, porque con ello se obstaculiza la identificación de las personas y simboliza sumisión al hombre. El islam no obliga al burka, no es un precepto coránico. Así pues, puede salvarse la libertad de culto y vestimenta de todos y a la vez preservar la igualdad entre hombres y mujeres. Basta con prohibir el burka y autorizar el «velo» o pañoleta.

Cristina L. Schlichting

www.larazon.es

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