Las tropas nazis descubrieron las fosas en su avance hacia el Este /ARCHIVO.
Rusia difunde por primera vez documentos secretos sobre la matanza en Polonia en la Segunda Guerra. Polonia hace tiempo que exigía el acceso de sus especialistas a los archivos rusos Mundial.
En el marco de la normalización de relaciones entre Rusia y Polonia, iniciada tras el trágico accidente sufrido el pasado día 10 por el presidente polaco, Lech Kaczynski, y casi un centenar de personas que le acompañaban, el jefe del Kremlin, Dmitri Medvédev, ha dispuesto que los documentos sobre la matanza de Katyn sean desclasificados.
Así lo anunció hoy ante las cámaras del primer canal de televisión ruso el director de la Agencia de Archivos Federal rusa (Rosarjiv), Andréi Artízov. Según sus palabras, Medvédev “ha ordenado que colguemos en nuestra página web copias digitales de los documentos procedentes de la carpeta especial número 1”, a la que sólo tenía acceso el jefe del Estado.
Las copias publicadas contienen siete legajos. El primero es una solicitud del comisario encargado de Interior, el sanguinario Lavrenti Beria, en el que pide a Stalin su consentimiento para que sean fusilados los prisioneros polacos, a los que acusa de “contrarrevolucionarios” y de hacer propaganda antisoviética. La nota, fechada el 5 de marzo de 1940, aparece con el visto bueno del dictador soviético en color azul.
Tras la invasión de Polonia por el Ejército Rojo en 1939, fueron hechos prisioneros más de 100.000 oficiales polacos. Unos 22.000 fueron exterminados en Katyn, bosque situado a una veintena de kilómetros de la ciudad rusa de Smolensk, por verdugos del NKVD, la policía estalinista.
El terrible crimen fue ocultado por las autoridades soviéticas hasta 1989, cuando Mijaíl Gorbachov, reconoció por primera vez la responsabilidad de la URSS en la masacre. Entre abril y mayo de 1940, todos los prisioneros de los campos de concentración soviéticos de Kozielsk, Starobielsk y Ostáshkovo, en donde había militares, médicos, profesores y sacerdotes polacos, fueron conducidos a Katyn para ser ejecutados de un tiro en la nuca. Polonia fue invadida en 1939 casi simultáneamente por el oeste y el este por tropas nazis y soviéticas.
Dos años después, los alemanes atacaron la URSS y, en 1943, hallaron las fosas de Katyn. Stalin aprovechó para responsabilizar a los nazis de la carnicería. En 2004, la Fiscalía Militar de Rusia negó que lo sucedido en Katyn fuera un acto de genocidio y cerró el caso por “ausencia de delito”. Varsovia recibió sólo una tercera parte de los documentos relacionados con el fusilamiento por contener, según Moscú, “secretos de Estado”.
Kaczynski y su séquito se dirigían a Katyn el pasado día 10 para rendir homenaje a los militares polacos fusilados, pero un terrible accidente aéreo en las inmediaciones de Smolensk frustró la ceremonia. Días antes, habían acudido al lugar los primeros ministros ruso y polaco, Vladímir Putin y Donald Tusk.
Rafael M. Mañueco - Moscú
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