sábado, 5 de junho de 2010

Sobre el feminismo (III). La propaganda feminista

Aunque entre los feministas hay diversas corrientes, como las había y hay en el marxismo, el ecologismo, etc., la suposición básica de la ideología radica en que las diferencias entre los sexos se ciñen a lo genital, sin más consecuencia social o cultural necesaria, por lo que cualquier otra diferencia es “mala” o arbitraria. De ahí que la diferenciación de los sexos en los papeles, actitudes y talantes sea vista como una imposición cuyo objeto sería crear o afianzar la opresión del varón sobre la mujer.

Entre los elementos de la propaganda feminista se encuentran:

a) Una incitación tenaz a la incorporación e igualamiento de la mujer con el hombre en todos los planos profesionales, políticos, deportivos, etc. Incitación que se expone como progresista y emancipadora.

b) Desvalorización simétrica de las funciones típica y tradicionalmente femeninas, en especial la maternidad, la crianza de los niños y la atención a la casa. Papeles que aparecen con signo neutro en el mejor de los casos, y explícita o implícitamente negativo en la mayoría. “Mujer, tu hogar es tu prisión”. Se trataría de una tara a superar mediante la “socialización” según unos, o adjudicando al varón los mismos papeles que a la mujer en la casa, la crianza, etc., según otros. Lo contrario sería “injusto”.

c) Consideración de la sexualidad como una diversión individual, solo muy secundariamente ligada a la procreación o al establecimiento de vínculos personales estables (lo último no suele defenderse, pero es consecuencia de lo primero).


Estos tres aspectos van muy trabados entre sí, aunque el acento recaiga en este o aquel, según las tendencias: el tercero ha sido llevado al extremo por ciertos ácrato-feministas, mientras que los socialismos reales han probado a conciliar el igualitarismo con la institucionalización del matrimonio y de la familia. Conciliación frustrada, desde luego. (Todo lo cual no impide que se insista en que la mujer mantiene su condición femenina quizá algo innecesaria sobre tales bases. Son instructivas las apreciaciones de la prensa en torno a la ministro de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, a raíz de su nombramiento: “De ella cuentan que es capaz de imponer orden en una reunión de hombres con solo pegar un buen puñetazo en la mesa”, explicaba admirativamente Cambio 16 (8-8-88), mientras Diario 16, misma fecha, resaltaba “lo femenino”: cuando hace años viajó a Londres para abortar, antes de regresar a España se fue de tiendas por la ciudad del Támesis “porque de alguna manera irse de trapos cura las depresiones”)


La propaganda feminista posee un alto voltaje emotivo y un arsenal de descalificaciones inmediatas contras las ideas o tendencias discrepantes, tachadas de “reaccionarias”, “machistas”, “sexistas”, opuestas a la “mujer”, cuando no fascistas, oscurantistas, etc. (No siempre la descalificación es abierta. La contraportada del libro La inevitabilidad del patriarcado, de Steven Goldberg desfigura como sigue las tesis del autor: “las características biológicas limitarían drástica y dramáticamente las posibilidades sociales de los seres humanos en función del sexo (…) Prefigurarían de manera rígida las funciones”. Lo dramático, según Goldberg, es la ignorancia deliberada del factor biológico, el cual tampoco determina “rígida” ni “drásticamente”, sino estadísticamente, las funciones sociales. Pero el escritor de la contraportada crea así un prejuicio y desanima al lector, al presentar como tosca e inaceptable la argumentación, en extremo cuidados y matizada, de Goldberg).

Así, las críticas al último Informe Hite, acusado de mala metodología y otros defectos, provocaron un comunicado firmado por varias conocidas feministas y muy publicitado en la prensa useña, que aseguraba: “El ataque conservador al Informe Hite forma parte de la actual reacción conservadora y (…) va dirigido (…) contra los derechos de todas las mujeres”. Por su lado, la autora del informe condenaba “la histérica reacción conservadora contra el proceso irreversible de liberación de la mujer”, felicitándose de que “los ataqus se aplacaron después del comunicado conjunto” antes citado. Los efectos de la “reacción conservadora” se pintan con colores espeluznantes: “En América ni siquiera se puede hablar de sexo, y mucho menos pensar en disfrutar de él”, informa Shere Hite con su peculiar sentido de la veracidad.

La similitud con la retórica empleada por los comunistas en los años 20 soirprende; y sugiere un aprendizaje en esa escuela, cosa nada improbable. Pero un rasgo de las ideologías consiste en la reproducción estereotipada de formas de ataque y racionalización. Por ejemplo, tratan de impresionar relegando la razón (La razón es la adversaria más recalcitrante del pensamiento”, cita Hite de Heidegger, un tanto abusivamente) y poniendo en primer plano factores de fuerza semimística: el futuro, o la vida “están con nosotros”; la revolución “es irreversible”; la reacción, aparte de malvada, resulta inútil…

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****El himno feminista, según me han informado. Admito que quizá han querido tomarme el pelo:

Versión original, en francés: http://www.youtube.com/watch?v=agiUq9cE_Ac


http://www.youtube.com/watch?v=uFT4TE_MOtc

He aquí la letra en francés:

http://www.letrasmania.com/letras/letras_de_canciones_edith_piaf_2574_letras_la_m%C3%B4me_40432_letras_mon_homme_437917.html

**** AVT: si Casquero fue un desastre para las víctimas (y lo contrario para los terroristas y sus colaboradores), la Pedraza peor aún. Al parecer están con Garzón y con lo que llaman “prudencia”, que también se puede conocer con otro nombre. Abyecta decadencia de una asociación que defendía a las víctimas directas del terrorismo. ¿Es mucho imaginar que el PP rajoyano está detrás, con su influencia corruptora?


Pío Moa


http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado

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