La manifestación a favor del régimen cubano celebrada ayer en Madrid con el apoyo de IU, el PCE y CCOO cubre de oprobio a una izquierda que se dice demócrata, que se llena una y otra vez la boca con las palabras «derechos humanos», pero que a la hora de la verdad es incapaz de denunciar los atropellos de una dictadura.
El acto de ayer fue tramposo de principio a fin. En primer lugar, la fecha se escogió con el propósito de contraprogramar la concentración anunciada previamente para hoy en la que se denunciará la falta de libertades en la isla.
El propio lema de la convocatoria, Cuba no está sola, es un fraude.Los convocantes no apoyan con este tipo de movilizaciones a los cubanos, sino al régimen; no a Cuba, sino a Fidel Castro. Si de verdad pretendieran lo mejor para los cubanos reclamarían para ellos los derechos y libertades exigibles para cualquier persona, empezando por el ejercicio del voto y la libertad de expresión.
El colmo es que haya sido precisamente la secretaría de Derechos Humanos de IU uno de los encargados de llamar a la movilización, despreciando así los informes de Amnistía Internacional que año tras año denuncian al régimen castrista por conculcar las libertades fundamentales. Mientras esta izquierda mira con desvergüenza para otra parte, en Cuba se sigue encarcelando sin cargos y sin juicio a las personas, se hostiga a los disidentes y a los activistas de los derechos humanos, continúa habiendo presos políticos y sigue vigente la pena de muerte.
En esta ceremonia de manipulación, los organizadores de la esperpéntica manifestación de ayer criticaron dos cosas: el «bloqueo criminal» que, aseguran, EEUU mantiene sobre la isla, y la «grosera injerencia» en los asuntos internos cubanos de Esperanza Aguirre.
A lo primero cabe responder que Cuba no está sometida a ningún bloqueo, sino a un embargo, y que éste afecta sólo a determinados sectores. De hecho, EEUU es hoy el primer exportador de productos agrícolas a Cuba. Tan es así, que hay analistas de política internacional que advierten en el sorprendente ataque de Fidel Castro al nuevo presidente de EEUU de esta semana un intento desesperado por evitar que Obama elimine definitivamente el embargo, lo que dejaría al régimen sin la posibilidad de seguir utilizando a Washington como la excusa de todos sus males. No es el embargo sino la incapacidad del régimen lo que impide que los cubanos tengan más alimentos y mejores servicios básicos.
Las acusaciones a la presidenta de la Comunidad de Madrid por haber dado 500.000 euros (80 millones de pesetas) a asociaciones del exilio cubano se contestan por sí solas, aunque ahí puede estar el quid de la movilización de ayer. Probablemente los organizadores han querido utilizar también a Cuba como tambor contra Aguirre, su verdadero y obsesivo objetivo político.
En fin, la izquierda que ayer se manifestó en Madrid a favor de una dictadura, la misma que se desgañita contra Israel en una clara ideologización de los derechos humanos, es un bochorno para la democracia. Sólo podemos confiar en que lo que quieren para los cubanos no lo consigan aquí para los españoles. El país ya ha pasado por eso y prefiere vivir en un Estado de Derecho.
Editorial - www.elmundo.es
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