Chantaje diplomático

Los países suramericanos que forman Unasur han respaldado la peligrosa tendencia que lidera el caudillo venezolano Hugo Chávez y que conduce inevitablemente a la división política del continente. A inspiración suya, esta organización decidió amenazar con no asistir a la cumbre entre la Unión Europea e Iberoamérica que organiza la presidencia española en Madrid para el próximo día 19 si se invitaba también al presidente hondureño, Porfirio Lobo. Los países suramericanos están en su derecho de mantener la posición que consideren oportuna acerca de la legitimidad de un mandatario que fue elegido democráticamente, pero con esta posición obstruccionista no están haciendo un chantaje al Gobierno de Honduras, sino al de España, al que todos ellos se supone que consideran un país amigo y aliado. La diplomacia española ha debido esforzarse para encontrar una solución que salvase al menos las formas en la reunión de Madrid, sabiendo que los aires de desmembración que soplan en la comunidad iberoamericana anticipan que, por lo que respecta a los contenidos, no será posible esperar gran cosa de esta cumbre.

Los ensueños totalitarios de Hugo Chávez conducen a una parte de los países americanos a una deriva cada vez más perniciosa, no sólo en el caso de aquellos donde el venezolano ha logrado una capacidad de intervención directa, sino también los que deberían hacer un ejercicio de sentido común para escapar de ella. No se entiende bien que países como Argentina o Brasil, con los que España mantiene una alianza estratégica, prefieran involucrarse en la órbita del chavismo a pesar de todo. El caso de Brasil es todavía más inexplicable, teniendo en cuenta que la UE le ha beneficiado con una asociación privilegiada precisamente para reconocer su papel estabilizador. En cuanto al Gobierno socialista, es de suponer que tarde o temprano terminará de entender que no había nada bueno en esa política de complacencia con aquellos que trabajan para debilitar a las sociedades libres en nombre de utopías totalitarias y que no puede esperar de ellos ningún beneficio a cambio.

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