quinta-feira, 1 de abril de 2010

Cuando los traductores resultan censores... / Aniversario victoria nacionales

... o mucho peor. El historiador galés Rob Stradling me envía esta protesta. El texto lo dice todo sobre la vileza intelectual que estamos inmersos:

"Hace poco salieron en España dos libros, de Carlos Caballero y John Scurr, publicados por RBA, pero originariamente aparecidos en inglés por Osprey en una serie de historia militar, de merecido prestigio.

Compré ambos libros, pero apenas los abrí noté pasajes sospechosos. En el libro de Caballero sobre la Legión Cóndor me sorprendieron varias afirmaciones. Al no encontrar en casa al señor Caballero hablé con un amigo que tenía un ejemplar en inglés y comparamos las dos versiones. Lo que descubrimos nos dejó de piedra. Algunos párrafos del original habían desaparecido, reemplazados por nuevos textos, quiero decir nuevos por completo, inhallables en el original. Como pueden suponer los miembros del blog, todos estos cambios buscaban someter las opiniones del libro a los dogmas de la "memoria histórica" que el gobierno del señor Zapatero intenta imponer. Pero no se trata solo de exclusiones y adiciones, hay muchos más cambios, a menudo sutiles y poco visibles para el lector común. Por ejemplo, cada vez que Caballero usa la palabra "alemanes", el nuevo texto dice "nazis", pese a que el español tiene varios sinónimos para "alemán": germano, teutón, tudesco, que podrían emplearse para variar. De ningún modo son sinónimos "alemán" y "nazi". Muchos alemanes no eran nazis y hoy muchos nazis no son alemanes.

Pero aquí, sin duda, se usa "nazi" para crear la impresión de que todos los alemanes que sirvieron en España eran miembros entregados del partido, lo que está lejos de la verdad. Así, el general Von Thoma, jefe de las fuerzas de tierra de la Legión Cóndor, era un anti nazi conocido. Finalmente, las interferencias con el original son tan abundantes en muchas páginas que vuelven incoherente el texto.

Aún es peor en el libro de Scurr. Como muchos saben, Scurr admira la División Azul, a la que no solo ha dedicado el volumen de Osprey, sino también una reciente novela (No Fiesta on the Eastern Front) Él es un estudioso serio de la Guerra Civil Española, en particular del papel de la Legión, sobre la cual ha publicado otro volumen en Osprey. La indudable empatía de Scurr con quienes lucharon contra el comunismo se explica por su propia experiencia como soldado británico en la guerra contra las guerrillas comunistas de Malaya. Pero la traducción de su libro sobre la Legión española ha sido aún más maltratada que la de Caballero, con innumerables párrafos que simplemente no existen en el original. El pretendido "traductor" ha incluido, por ejemplo, leyendas acerca de crímenes masivos cometidos por legionarios y por el ejército de Franco en general.

Cabe suponer hasta cierto punto que esta masiva manipulación se debe a que el formato de Osprey resulta más breve que lo exigido para la nueva versión, y así, el "traductor" ha completado el libro con sus propias opiniones y asertos, hasta alterar por completo la versión original. Más aún, la persona responsable (más bien irresponsable), ha añadido capítulos totalmente nuevos, para hacer totalmente irreconocible el original. Uno de ellos, sobre la División Azul, se basa aparentemente en el otro libro de Scurr, pero dándole una interpretación enteramente distinta de la del texto inglés. El tratamiento de la historia de la Legión rebosa de errores. Habla del empleo del Batallón Paracaidista Legionario en conflicto marroquí de los años 50, cuando las acciones fueron realizadas por la (discreta) brigada Paracaidista misma. Los errores en el plano técnico son vergonzosos. En relación con la captura de Badajoz (agosto del 36) Scurr señala que las defensas de la ciudad eran inexpugnables, recordando cómo su captura en 1812 había costado a Wellington casi 4.000 bajas, ¡pero el traductor afirma que esas bajas fueron las de los franceses! A veces este escritorzuelo llega al delirio en sus deliberadas distorsiones. Scurr habla del joven Franco como un valiente jefe de la Primera Bandera legionaria en las campañas de Marruecos. El traductor borra la palabra "valiente", de modo que Franco ¡ha perdido hasta el derecho de ser considerado valiente! Mientras, para inflar el texto, se añaden capítulos sobre la vida de Azaña y Largo Caballero (las dos figuras más destacadas de la república), cosa por completo gratuita, pues ninguno de ellos tuvo nada que ver con la Legión.

Debemos proteger el buen nombre de nuestros queridos amigos Caballero y Scurr. Ya sabéis que no hay nada fiable en esas traducciones, que han sido crudamente manejadas por personas carentes de las cualificaciones profesionales más básicas como traductores o historiadores, por no hablar de su falta absoluta de sentido de la propiedad intelectual y la ética. Destruir adrede el contenido de los libros puestos a su cuidado, convirtiéndolos en meros reflejos de sus propias opiniones es pura bellaquería. Pero, más allá de eso, el asunto revela el carácter stalinista que inspira a los comisarios políticos de la "memoria histórica". Si no pueden silenciar las voces disidentes, simplemente manipulan sus textos: tratan de imponer una "verdad" única, sin excepciones.

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Esto podría merecer también cierta discusión:


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Por cierto: hoy es el aniversario de la victoria de los nacionales sobre los revolucionarios, separatistas y destructores de la legalidad republicana. Viene al caso recordar a Besteiro:

"La verdad real: Estamos derrotados por nuestras culpas (claro que hacer mías estas culpas es pura retórica). Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido, quizá, los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin, y tal vez como reacción contra su estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen monstruoso que supera en mucho a las macabras concepciones de Dostoievski y de Tolstoi (Los hermanos Karamazov y El poder de las tinieblas). La reacción a este error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique la representaban genuinamente, sean cuales sean sus defectos, los nacionalistas, que se han batido en la gran cruzada anti-Komintern".

Pío Moa

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado

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