Los culpables no son sólo los cárteles, organizaciones mafiosas o grupos terroristas. Sin la impunidad -incluso complicidad- de políticos y gobernantes, ejercer la libertad de prensa no sería un juego a vida o muerte. RSF da un paso al frente, poniendo nombres y apellidos a esos predadores.
Políticos, organizaciones terroristas, jefes religiosos, y organizaciones criminales. Cuarenta nombres, cuarenta culpables, que han convertido a la prensa en su enemigo preferido, la bestia negra que combatir. Desde las altas esferas del poder o desde la marginalidad, emplean los mismos métodos violentos, actuando al margen de la ley.
Reporteros Sin Fronteras ha dado un paso al frente, señalando a quienes permiten, dan soporte, o posibilitan que los profesionales de la información sufran una persecución sistemática en muchos países. Y en cada vez más ocasiones, el precio es alto: su propia vida.
Aquellos a los que "sólo la prensa libre les puede herir" han sido clasificados por la ONG en función de los continentes, en un completo informe en el que desglosan cada una de las acciones que han motivado su inclusión en esta lista del terror.
ETA, la predadora líder en Europa
Además de la organización terrorista, RSF destaca la situación bielorrusa, donde el presidente Alexandre Lukachencko ha impuesto, con puño de hierro, una situación límite para la prensa, a puertas de la Unión Europea.
RSF tampoco sacude las culpas a las organizaciones criminales mafiosas italianas, que tienen en el punto de mira a periodistas y escritores que narran sus crímenes. La protección policial permanente, las amenazas, cartas anónimas y pinchazos de neumáticos se cuentan por cientos en el país, mientras Silvio Berlusconi manifiesta su desagrado por las películas y libros sobre la mafia porque "dan una mala imagen de Italia".
Vladimir Putin ostenta el deshonroso mérito de haber logrado que todas las televisiones rusas hablen con una sola voz. La suya. Además, su permisividad con los atentados que sufren los periodistas en la región del Caúcaso Norte, logra que los 22 asesinatos políticos hayan quedado para siempre en el olvido. Rusia, el auténtico régimen de impunidad, que cada vez queda más lejos de un auténtico Estado de derecho.
Iberoamérica, terreno fértil para el acoso a los periodistas
Según destaca el informe, la violencia procede siempre del mismo "quator infernal" en la región iberoamericana: dictadura cubana, narcotraficantes, FARC y grupos paramilitares.
Nada ha cambiado desde que el 24 de febrero de 2008 Castro asumiese el poder. Todo lo contrario. Con el salto a la actualidad de Orlando Zapata Tamayo, la dictadura cubana ha recrudecido el régimen de acoso a los derechos humanos. RSF cita los ataques a la prensa independiente, el acoso brutal a los blogueros – como la brutal paliza a Yoani Sánchez- las citaciones y registros de la policía política, las detenciones de la Primavera Negra...y un largo etcétera, que culmina con el título oficial de Cuba: La isla es una de las principales cárceles del mundo para los periodistas.
México tampoco se queda atrás en peligrosidad para los profesioanales de la información. RSF señala la responsabilidad de los carteles de Sinaloa, el Golfo y Juárez, ademásl de la complicidad del Ejército y la policía. Desde el 2006, 72 periodistas han sido asesinados, por investigar los entresijos del narcotráfico.
La censura comunista de China y Corea del Norte
Un error ortográfico al escribir el nombre del presidente norcoreano, Kim Jong-il, lleva al periodista responsable a uno de los cientos de "campos de reeducación ideológica". Ejemplo que retrata a la perfección el régimen del terror impuesto por el tirano comunista.
RSF vuelve a señalar a China, como ya hiciera en anteriores informes, como uno de los territorios comanches para la libertad de prensa. En el informe, recuerda algunas de las centenares de acciones ordenadas por Hu Jintao, presidente de la República y Secretario General del Partido comunista, para cercenar cualquier asomo de libertad en la prensa. Desde las restricciones para acceder al Tíbet, hasta el acoso a los ciberdisidentes, pasando por los presos políticos de la dictadura.
Asia y Oriente Medio, impunidad y milicias
RSF no pasa por alto al predador mulá Omar, jefe de los talibanes con influencia desde Afganistán a Pakistán, que tiene marcha una guerra santa contra la prensa libre, de ocupación del espacio mediático. Nunca ha desaprovechado oportunidad de apoyar sin rémoras la política del terror del Movimiento de los Talibanes de Pakistán, que tiene en su haber más de 3.200 asesinatos. Entre otras, un atentado suicida contra el Club de la prensa de Peshawar.
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