¡Qué decepción! Esperaba yo el discurso de ese rojo peligroso que los medios de la progresía dicen que ha ganado en Estados Unidos y me encuentro con que sale un señor delante de una multitud llena de banderas americanas y empieza a hablar de patriotismo, de esfuerzo, de trabajo, de sacrificio y de religión. Y que recuerda a la multitud con orgullo cómo los Estados Unidos derrotaron al fascismo y al comunismo. Y que termina su discurso con un "Dios bendiga a América" y se reza un padrenuestro.
Leyendo el discurso completo, uno tiene la sensación de que, si Obama viviera en Europa, estaría encuadrado en alguna corriente socialcristiana. Cojan ustedes el programa republicano de admiración por el trabajo, de apoyo a la iniciativa individual, de valoración del esfuerzo y de defensa de los intereses de Estados Unidos. Mézclenlo con la doctrina social de la Iglesia Católica, para promover el apoyo a los más desfavorecidos económicamente, para garantizar una verdadera igualdad de oportunidades y para limitar el libre mercado en lo tocante a evitar la especulación desenfrenada. Añádanle las propias recomendaciones del Papa en lo que se refiere a equilibrar con un poco más de diálogo, comprensión y diplomacia el recurso a la fuerza en las relaciones internacionales. Lean luego el discurso de Obama y díganme en qué se diferencia de ese mix.
En donde único parece percibirse una cierta tentación demagógica en el nuevo Presidente de los Estados Unidos es en las inevitables menciones a la lucha contra el cambio climático (que ya veremos en qué quedan, inmersos como estamos en una crisis que no va a permitir regalar mucho dinero a Al Gore y a sus butlerianos seguidores). En cuanto a las cuestiones morales, tengo la sensación, al leer el discurso, de que Obama ha optado conscientemente por no entrar en terrenos pantanosos. Personalmente, dudo bastante de que vaya a impulsar ningún calendario radical en el terreno moral, dadas sus propias creencias evangélicas, aunque habrá que ver si no se deja llevar por la tentación de lanzarle algún caramelito legislativo a su electorado más izquierdista.
En resumen, que los valores de la sociedad americana van a seguir siendo los mismos y que los intereses de Estados Unidos se continuarán defendiendo en la era Obama igual que lo fueron en la era Bush (no en vano el ministro de Defensa sigue siendo el que Bush tenía). Pero ahora el guante de boxeo se sustituirá por otro de seda para revestir la misma mano de hierro.
Y ese mejor manejo de la imagen, junto con la no disimulada complicidad de esa izquierda mundial que se aferra desesperadamente a una imagen de Obama que no existe, permitirán posiblemente que Estados Unidos afronte las amenazas de índole internacional sin tener una mano atada a la espalda.
En resumen, que me parece una excelente noticia la toma de posesión de Obama y le deseo toda la suerte del mundo a la hora de afrontar los problemas que aquejan a los Estados Unidos.
Porque, cuanto mejor le vaya a Obama y a los Estados Unidos, mejor nos irá a todos.
Luis del Pino
Blog de Luis del Pino - http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/
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