sexta-feira, 18 de julho de 2008

El Papa, en Sidney

Después del descanso imprescindible tras el largo viaje, Benedicto XVI ha comenzado los actos oficiales de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en Sidney. Una multitud de jóvenes se han desplazado a Australia para participar con el Pontífice en unos días de esperanza y compromiso compartido en los que se hacen notar una vez más dos elementos esenciales para la Iglesia de la era global: el ecumenismo y la apelación a las nuevas generaciones de católicos. La presencia española, tanto en el ámbito de la jerarquía como de los fieles, refleja la vitalidad de la Iglesia en nuestro país y desmiente con la lógica rotunda de los hechos cualquier política de tipo laicista. Han acudido a estos actos diecisiete obispos de las diócesis españolas y varios miles de peregrinos, prueba irrefutable del entusiasmo suscitado por la llamada del Papa a pesar de la dificultad y el coste de un viaje tan prolongado. Benedicto XVI ha logrado despertar una adhesión sólida y coherente al mensaje que transmite en la doble condición de sacerdote entusiasta de su misión y de intelectual capaz de precisar con todo rigor los conceptos doctrinales. El futuro de la Iglesia exige una apuesta decidida para asumir las claves de la sociedad contemporánea y, en este sentido, el Papa actual continúa y refuerza las pautas establecidas por Juan Pablo II. Lejos de cualquier tentación de cerrarse sobre sí mismos, los católicos del siglo XXI quieren ser protagonistas activos en el mundo de hoy.

Editorial ABC

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