segunda-feira, 30 de março de 2009

El hechizo de Venecia desembarca en Madrid



'La caccia ai tori en la plaza de San Marco', de Giambattista Cimaroli


'Rinaldo y Armina', de Tiépolo.


'Olindo y Sofronia', de Giambattista Pittoni.


'Veduta del Rio dei Mendicanti con la Scuola di San Marco', de Bernardo Bellotto


'Triunfo de Escipión el Africano', de Gianantonio Guardi


'Venus y Adonis', de Sebastiano Ricci.


'Veduta de la dársena de San Marco con el Palacio Ducal', de Michele Marieschi


'Diana y las ninfas en el baño', de Jacopo Amigoni


'La entrada del embajador de Francia en el Palacio Ducal de Venecia', de Luca Carlevarijs


'Veduta del Gran Canal con la basílica de la Salute hacia el Molo', de Canaletto


'El Gran Canal desde San Vio hacia la dársena de San Marco', de Bernardo Bellotto


'Retrato de un niño' , de Rosalba Carriera


La Venecia del siglo XVIII vivía inmersa en una decadencia política, económica y social. Paralelamente, asistía a su época de apogeo en el apartado artístico, recuperando la gloria alcanzada durante el 'Cinquecento' por Tiziano, Tintoretto o Veronés. Dos siglos más tarde, eran los pinceles de Canaletto, Ricci o Tiépolo los que devolvían su esplendor a la pintura veneciana. Hasta el próximo 7 de julio, la exposición 'Settecento Veneziano. Del barroco al neoclasicismo', organizada por la Fundación Banco Santander y acogida en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (C/ Alcalá, 13. Madrid), muestra 52 lienzos de aquel siglo de prodigios y convulsiones en el Véneto.

Canaletto, Guardi, Bellotto, Tiépolo, Ricci, Zuccarelli... Los artistas más importantes de aquel periodo se dan cita en esta exhibición que reúne gran cantidad de obras inéditas en España. La mitad de ellas ni siquiera había salido nunca de Italia. Hablamos de una de las exposiciones más completas sobre pintura veneciana jamás realizada en nuestro país.

Los cuadros incluidos en la muestra abarcan una amplia variedad temática: desde la pintura figurativa o religiosa hasta las obras mitológicas, pasando por los lienzos equivalentes a una crónica de la vida social. Tampoco puede olvidarse el apartado consagrado a los paisajes y 'vedute' (vistas urbanas, a gran escala y detallistas al milímetro).

La exposición revela la preocupación que tenían los pintores venecianos de la época por percibir las transformaciones de la luz y el color. Su atención a la hora de captar lo singular, anecdótico y cotidiano les permitió alcanzar un desarrollo inédito en la pintura veneciana del XVIII.

En el 'Settecento', los pintores venecianos reinventan las técnicas y las composiciones, se produce un ligero cambio en el gusto por la temática religiosa y de enaltecimiento de la República a favor de una temática arcádica en donde el hombre, y especialmente la mujer, adquieren un papel crucial.

Víctor Nieto, el director de la Academia de Bellas Artes, remarcó en declaraciones a la agencia EFE que éste fue "un periodo de renovación de las fórmulas pictóricas y las composiciones, en la que florece una pintura dominada por el color, lo descriptivo y lo fugaz".

Las telas se untan de gran riqueza cromática, se inundan de luces y claroscuros inspirados en los grandes pintores del XVI, como Veronés. Artistas como Sebastiano Ricci o Giambattista Tiépolo reutilizan las premisas del 'Cinquecento' para transformarlas en un nuevo lenguaje pictórico.

La pintura veneciana del XVIII fascinó a italianos y extranjeros. Traspasó las fronteras del arte convirtiéndose en embajadora de la República de Venecia a través de sus más grandes emisarios, los pintores.

Ricci, Pellegrini, Amigoni, Canaletto... Todos ellos son artistas viajeros, que buscan trabajo en el extranjero obligados por el declive económico que sufre Venecia. Una ciudad que en aquella época de grandeza artística tenía censados a más de 350 pintores.

Algunos de los artistas más destacados emprendieron largos viajes para trabajar en las cortes europeas más importantes, realizando y expandiendo su arte a la vez que lo enriquecían con cada nueva estancia.

Tiépolo viajó a España, acompañado de sus dos hijos Lorenzo y Giandomenico, para ejercer como pintor de corte de Carlos III. En Madrid pintó los techos del Palacio Real y fue nombrado profesor de anatomía de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que con esta muestra recupera al gran artista veneciano.

Esta magnífica exposición ha sido posible gracias a los préstamos de coleccionistas particulares e importantes instituciones y centros culturales como la Colección Terruzzi, el Museo Cívico de Vicenza, la Fundazione Querini Stampalia o la Galleria dell'Accademia, de Florencia.



Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
C/ Alcalá, 13 - 28014 Madrid

Del 26 de marzo al 7 de junio de 2009
 
Horario:
De martes a sábados de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00h
Domingos y festivos de 10.00 a 14.00 h.
Lunes cerrado.
Festivos: 9 y 10 de abril, 2 y 15 de mayo.
Cerrado 1 y 30 de mayo.
 
Entrada gratuita
 
Visitas guiadas gratuitas: (máximo 15 personas)
Martes y miércoles a las 11.00h
y jueves a las 17.00h.

 
Visitas grupo
Concertar cita a través de:
museo.visitas@rabasf.org
Tel. 91-524 08 64 Extensión 106
Fax 91-524 10 34 

www.rabasf.insde.es

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