El comienzo del séptimo año de cautiverio de los prisioneros de la Primavera Negra coincide con la visita a La Habana del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, colmado de optimismo y rebosante de entusiasmo.
El miedo que se respira ahora mismo en la isla alcanza a los diplomáticos cubanos. Representantes de varios países acreditados en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU advierten del desconcierto entre ellos. «Es una especie de parálisis, es como si esperaran en cualquier momento la llamada final».
Esa inmovilidad que provoca el temor es la misma que paraliza al cubano, la que se interpondrá ante todo intento de avanzar en la democratización del país. Porque la voluntad oficial es apagar toda tentativa de cambio. Esto es algo que conocen los políticos europeos y que no lograrán cambiar con sus políticas complacientes.
Mientras algunos gobiernos no comprendan que dialogar con el Gobierno cubano no significa hablar con el pueblo. Mientras no se reconozca el derecho de los cubanos a los derechos universales y mientras se intente resolver en voz baja esa violación escandalosa que significan los más de 200 prisioneros políticos, las cerca de 400 cárceles, la sexta población penal del mundo, la segunda cárcel mundial para los periodistas. Mientras esto no se diga en voz alta, seguirán existiendo prisioneros de conciencia en las cárceles cubanas.
Alejandro González Raga, periodista cubano
www.abc.es
Nenhum comentário:
Postar um comentário