segunda-feira, 30 de março de 2009

"Zapatero, tu madre dijo sí"

Hacía frío esta mañana en Madrid, pero esto no ha disuadido a las decenas de miles de personas, medio millón, según los convocantes, que se han echado a la calle para dejar clara su oposición a la ley de plazos del aborto que prepara el Ministerio de Igualdad que dirige Bibiana Aído. Convocados por más de un centenar de colectivos, una multitud de ciudadanos ha tomado el centro de Madrid bajo el lema "No existe el derecho a matar, existe el derecho a vivir".

Pero no ha sido sólo en Madrid donde ha podido escucharse el alegato antiabortista. Aunque la de la capital ha sido la más concurrida, en otras ochenta ciudades españolas se ha podido escuchar alto y claro el no a los planes de Aído, cuyo Ministerio trabaja en la preparación de una ley de plazos del aborto que sustituya a la actual, en vigor desde 1985 y que amplía los supuestos en los que las mujeres podrán abortar. Uno de los puntos más conflictivos de la norma que prepara el Gobierno es el que faculta a las menores de edad mayores de dieciséis años a abortar su embarazo sin consentimiento de sus padres.

En la marcha madrileña, que ha discurrido de la calle de Alcalá hasta la plaza de Cánovas del Castillo, junto al Congreso de los Diputados, se han escuchado lemas como "Vida sí, aborto no" o "Zapatero, tu madre dijo sí". También ha podido verse a un grupo de jóvenes que desfilaba tras una pancarta con el mensaje "Aído, deja a las niñas de 16 años en paz".

La manifestación ha discurrido en un tono festivo, que ha alcanzado su clímax en el escenario en el que ha concluido el trayecto de la manifestación. Allí, la música en directo y los discursos de encendidos intervinientes han exaltado los ánimos de la concurrencia, concurrencia de lo más variopinta. Familias enteras han acudido a respaldar la convocatoria. Ha podido verse a niños, jóvenes y mayores. Muchos de los asistentes han acudido envueltos en banderas de España. La inmensa mayoría han exhibido carteles contra el aborto y en defensa del derecho a la vida.

Sin embargo, el tono festivo que ha presidido la marcha no ha rebajado el tono combativo de los manifestantes. Ignacio Arsuaga, presidente del colectivo Hazte Oír, ha exigido al presidente Zapatero que retire su proyecto: "Esto es sólo el principio. Vamos a parar el rodillo pro muerte del Gobierno", ha advertido. Previamente, en declaraciones a ABC.es, Arsuaga ha explicado que los convocantes de la protesta no sólo están en contra de la futura Ley del Aborto, sino que también aspiran a la derogación de la que ya está en vigor.

La manifestación se ha disuelto tras un acto presentado por "el Charlas", reportero de Intereconomía TV, y la lectura de un comunicado en el que se ha exigido al Gobierno que desista de sus intenciones y se ha reclamado como alternativa a los planes de Aído "un verdadero plan de apoyo a las mujeres embarazadas para que puedan dar a luz a sus hijos y en última instancia si fuera necesario, entregarlos en adopción". 

Era un acto para ensalzar la vida frente a la cultura de la muerte, pero acabó siendo una fiesta de la juventud. Había muchas familias al completo desde los abuelos a los nietos. Muchos carritos de bebés. Muchos matrimonios mayores. Pequeños grupos de inmigrantes, sobre todo hispanoamericanos... Una variopinta representación de la sociedad, pero de forma destacada abundaban los jóvenes, desde los 15 a los 30 años. La respuesta de la juventud a la llamada en contra del aborto resultó sorprendente.

Una ola gigante

Su presencia contribuyó de una forma muy especial a que la concentración se desarrollara en un ambiente eminentemente lúdico y festivo, pese a la tragedia que se denunciaba. Fueron a divertirse. Bailaron: «Un paso adelante, la vida, un paso hacia atrás, el aborto». Hicieron la ola, como si del público de un gran estadio se tratara. Y se emocionaron cuando los hermanos Alfaro, Marta y Pedro, ofrecieron «una oración musical en honor de todas la víctimas del aborto» por medio de pequeño concierto de piano y violonchelo.

Belén Lazcano, 15 años, reconocía que «no esperaba que fuera a venir tanta gente. Me siento muy orgullosa y muy feliz de que tantos jóvenes de mi edad se hayan animado a asistir. Me lo he pasado muy bien y, además, me siento muy satisfecha de haber apoyado una causa justa. Estoy a favor de la vida y en contra del aborto y de la ley que el Gobierno quiere imponer».

Belén seguía todo lo que ocurría en el escenario con los ojos muy abiertos y sin dejar de bailar acompañada por unos amigos. Más o menos de su misma edad eran todas las adolescentes que se encontraban sentadas en el frente del escenario y hacían divertidas coreografías con globos y banderolas.

Cerca del escenario, se abrieron un hueco unos veinteañeros con gorras rojas caladas que jaleaban las intervenciones que se iban desgranando. Ángel García Gilabert, 28 años, era uno de ellos: «He venido porque estoy comprometido con la vida. Suelo acudir a estas manifestaciones y puedo asegurar que no somos cuatro mal contados. Hay mucha gente en contra del aborto y yo apoyo con mi presencia en todo lo que puedo».

Algo más lejos del «mogollón» que se había montado cerca de la plataforma que albergaba a los presentadores y organizadores, Walter Sánchez, dominicano, acompañado de un matrimonio amigo, seguía concentrado el desarrollo de la movilización: «Creíamos que era nuestro deber participar en una causa justa. No estamos de acuerdo con el aborto y cuando nos hemos enterado de esta movilización, hemos acudido sin dudarlo».

Carmen Orenes confesaba que ella también había «sentido la necesidad de sumarse a la Marcha. Soy madre de tres hijos y sufrí un aborto espontáneo por lo que sé lo que siente y sufre una madre cuando pierde a su hijo. Lo que yo pasé no se lo deseo a ninguna mujer por eso estoy aquí».

Lucio Martín, 78 años, se presenta como «un abuelo orgulloso que está aquí porque entiende que el aborto es un asesinato y, por lo tanto, es ilegal y habría que abolirlo».

GUILLERMO D. OLMO | MADRID
D.P | MADRID

www.abc.es

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