terça-feira, 10 de março de 2009

Embargo y derrumbe del socialismo en Cuba

Michelle Bachelet.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha sido la última mandataria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en desfilar por Cuba, la casa matriz del socialismo latinoamericano. Desde allí, el pasado 12 de febrero denunció el embargo norteamericano en términos similares a los utilizados antes por sus colegas Lula, Correa y Kirchner.
Sin embargo, las expresiones de la presidenta Bachelet fueron mucho más comprometidas ideológicamente. Según Juventud Rebelde, manifestó su rechazo al "bloqueo de EEUU contra Cuba", el cual "afecta seriamente las condiciones de vida del pueblo cubano, siempre y en particular en la crisis actual".

Bloqueo y embargo son sinónimos en la propaganda oficial cubana

Cualquier estudio que aborde el tema del embargo norteamericano sobre Cuba se va a enfrentar con la operación de propaganda más exitosa, tanto en el plano interno como en el internacional, desplegada durante décadas por el régimen comunista del comandante Fidel Castro.  

Las palabras de la mandataria chilena son una muestra del primer gran éxito que obtuvo la propaganda oficial cubana: utilizar los vocablos bloqueo y embargo como sinónimos. La impresión que se ha dejado correr es que Estados Unidos, desde el 24 de octubre de 1962 –cuando, luego de descubrir que había misiles nucleares soviéticos en la isla, decretó el bloqueo marítimo de la misma– hasta el día de hoy, no permite que los barcos, con independencia de cuál sea su bandera, atraquen en puertos cubanos. La idea que se ha vendido es la de un territorio sitiado al que se impide por la fuerza comerciar con el resto del mundo.  

Sin duda, el régimen comunista se ha anotado su más resonante éxito propagandístico con la atribución al embargo de las inocultables malas condiciones de vida del pueblo cubano, tal y como lo refrendó la socialista Bachelet en La Habana. A causa del embargo, difunde la propaganda, existe una crónica escasez de alimentos, lo cual, a su vez, justifica que el Estado distribuya los mismos a través de la libreta de racionamiento, para garantizar que lleguen a todos por igual. El Estado comunista se legitima así ante el pueblo como el garante de la equidad social.

Rafael Correa, presidente del Ecuador.
¿De cuál embargo hablan Lula, Correa, Kirchner y Bachelet?

El 11 de febrero, víspera del arribo de la presidenta chilena a La Habana, la agencia Reuters informó de que las exportaciones de EEUU a la isla alcanzaron en 2008 el récord de 710 millones de dólares, cifra 10 veces superior a la del intercambio comercial de Chile con Cuba, de apenas 70 millones.

Los presidentes Lula, Correa, Kirchner y Bachelet ocultan al mundo, en connivencia con el régimen castrista, las verdaderas causas de la escasez de alimentos en Cuba. Intencionalmente, no aluden al ineficiente sistema socialista y a su atraso tecnológico como los causantes de la crónica insuficiencia en la producción de alimentos para dar sustento a la población (se importa casi el 90% de lo que se consume); tampoco se refieren al hecho de que EEUU ha exportado alimentos a Cuba por más de 2.600 millones de dólares (más de 8 millones de toneladas de alimentos) en el período 2001-2008. Entonces, ¿de cuál bloqueo hablan los presidentes?

Así como se puede afirmar que el régimen comunista mata de hambre a los cubanos, también se puede aseverar que los alimentos del Imperio norteamericano matan el hambre de los cubanos. El maíz, el pollo, el trigo, la soya, el arroz que el gobierno distribuye mensualmente a través de la libreta de racionamiento, que sólo cubre el consumo de una familia por 10 días, llevan en su empaque el oprobioso sello "Made in USA".

Fidel Castro.
El temor de fondo

El régimen cubano está a las puertas de recibir el impacto devastador del resquebrajamiento y caída de los dos principales pilares que lo sostienen: 1) el comandante  Fidel Castro, quien mantuvo por cinco décadas oprimido y hambriento al pueblo; 2) el precio del petróleo, que no deja de caer, lo que tendrá por consecuencia la disminución drástica del colosal subsidio en divisas que la economía cubana recibe del gobierno venezolano. No existe ningún otro gobierno que a cambio de servicios de salud esté dispuesto a suministrar a Cuba 6.000 millones de dólares para que financie su inmanejable déficit comercial (el presidente Medvedev ofreció a Raúl Castro, en su reciente visita a la isla, una línea de crédito de 20 millones).

El empeoramiento subsecuente de las ya precarias condiciones de vida del pueblo cubano tendrá que ser afrontado por el gobierno sin una figura carismático-represiva que pueda ejecutar implacablemente un nuevo Período Especial, como ocurrió tras la caída de la URSS y la consecuente desaparición del subsidio soviético.

El reciente desfile de los presidentes integrantes de Unasur por la isla ha tenido como propósito sortear el gran trauma socio-político que se avecina: el derrumbe del socialismo en Cuba. El profundo temor que suscita la repercusión simbólica de semejante acontecimiento, tanto en el plano interno como en el latinoamericano, es lo que les ha llevado a demandar al gobierno de Estados Unidos el levantamiento inmediato del embargo. Las nuevas condiciones para el intercambio comercial que entrarían en vigor con el fin del mismo serían éstas:
1) Aceptación de la cancelación a crédito de las importaciones de alimentos provenientes de Estados Unidos, y de que el traslado de la mercancía se pueda hacer en barcos de bandera cubana.

2) Autorización de la exportación a Cuba de todo tipo de bienes y servicios.

3) Apertura del mercado estadounidense a las exportaciones cubanas, en particular a los servicios turísticos, principal reglón exportador de la economía isleña (por este concepto recibió 2.700 millones de dólares en el 2008).

4) Eliminación del tope establecido a las remesas que los cubano-americanos envían a sus familiares en la isla (300 dólares cada tres meses). Esas entradas de divisas, procedentes sobre todo de Florida, ayudan a mantener a más del 60% de la población, en un país donde el salario promedio mensual es de 20 dólares.
Con estas medidas, los flujos de bienes, servicios y divisas desde Estados Unidos hacia Cuba aumentarían sensiblemente.

En definitiva, lo que en el fondo se está planteando es que el Imperio norteamericano salve del derrumbe al régimen comunista cubano.


CELIA AÑEZ, profesora universitaria venezolana.
BALDOMERO VÁSQUEZ, economista venezolano.

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