No puedo entender el apoyo directo o indirecto de algunos demócratas occidentales a Hamás, el de nuestro ministro Moratinos, entre otros, si no es con la figura del «tirano aliado». La explicaba Samuel Huntington en El choque de civilizaciones, ese gran libro manipulado y tergiversado por tantos y tantos que jamás lo leyeron. Durante la guerra fría, explicaba Huntington, Occidente, especialmente Estados Unidos, optó por apoyar a juntas militares y a tiranos porque eran anticomunistas y, por tanto, aliados útiles en la guerra fría.
Ahora, es también Occidente, pero especialmente su izquierda europea, la que opta por otros tiranos aliados, sean Hamás, Irán o Hezbolá, porque son antiamericanos, antiimperialistas, antiliberales. Aliados útiles en la confrontación ideológica contra el imperialismo, el liberalismo, el neoconservadurismo. Ni uno solo de los políticos o intelectuales europeos que ha condenado a Israel permitiría en sus propios países unos ataques como los recibidos por los israelíes. Ni uno solo de ellos dejaría de apoyar una respuesta militar si los cohetes de Hamás cayeran sobre sus cabezas. Como ninguno de los demócratas que pactaron con regímenes autoritarios en el pasado los hubieran aceptado en sus propios países.
Pocos ejemplos mejores de una guerra justa que la librada por Israel contra Hamás. Sin una sola excusa más que ampare el rechazo violento y fundamentalista de Hamás a la existencia de Israel.
Ni siquiera esos niños inocentes e indefensos, esa población civil atemorizada y aplastada que Hamás está dispuesta a sacrificar. A sangre y a fuego, en una guerra provocada por Hamás, el tirano aliado, y no por Israel.
Edurne Uriarte
Catedrática de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco
Nenhum comentário:
Postar um comentário