Desde su fundación en 1987, Hamás tiene como objetivo ideológico declarado «enarbolar la bandera de Alá sobre cada palmo de Palestina», y su solución estratégica «para la cuestión palestina es (solo) a través de la yihad». En los años 1994-96, el «arma yihadista» preferida de Hamás fueron los atentados suicidas contra ciudadanos israelíes, que hicieron descarrilar el proceso de paz de Oslo entre Israel y la OLP. Durante los años sangrientos de la segunda intifada (2000-2005), Hamás fue responsable -junto con la Yihad Islámica- de alrededor del 70 por ciento de los 150 atentados suicidas que acabaron con la vida de 1.000 ciudadanos israelíes.
Tras la muerte de Arafat en 2004 y la elección de Mahmud Abbas como presidente de la Autoridad Palestina (AP) en enero de 2005, Israel se embarcó en el verano de 2005 en un proceso de desconexión de la franja de Gaza y retiró todos sus colonos y soldados. Hamás presentó esta desconexión como una afirmación de que sus estrategias de resistencia llevaban al pueblo palestino hacia la victoria. Esto les llevó a participar en las elecciones palestinas de enero de 2006, que ganaron a causa de las profundas divisiones en el seno del movimiento Fatah -la principal fuerza política en la AP. La victoria electoral de Hamás fue seguida por la decisión del Cuarteto para Oriente Próximo que condicionaba el reconocimiento del gobierno de Hamás al cumplimiento de tres criterios: reconocimiento de Israel, aceptación de los acuerdos previos firmados por la OLP, y renuncia de la violencia. Hamás no tardó en rechazar los tres.
El conflicto entre la presidencia de la AP y el ejecutivo de Hamás provocó una escalada en la violencia intra-palestina hasta que Hamás tomó Gaza en junio de 2007 mediante un golpe militar, en el que asesinaron a unos 200 militantes de Fatah. Las fuerzas de Hamás se expandieron, se hicieron con armas más sofisticadas y formaron una milicia de unos 20.000 hombres, entrenada con apoyo de Irán, Hezbolá y Siria. El lanzamiento de cohetes y morteros desde la franja de Gaza comenzó en 2001, hasta convertirse de forma gradual en la mayor amenaza proveniente de las organizaciones terroristas palestinas. Desde 2001, se han lanzado 3.984 cohetes y 3.943 obuses de mortero a Israel. En 2008 comenzaron a emplear lanzagranadas de 122 mm. y morteros de 120 mm. traídos de Irán, incrementando su radio de fuego de 20 a 40 kilómetros, hasta llegar a poner a casi un millón de civiles israelíes a su alcance (un 15 por ciento de la población).
Después de que Hamás decidiera el pasado 19 de diciembre de forma unilateral poner fin a una relativa tregua (tahadiya) de seis meses y lanzara al menos 60 cohetes contra las ciudades de Ashkelon, Netivot y Sderot, Israel lanzó la operación «Plomo Sólido». La elevada cifra de víctimas civiles es resultado de una estrategia deliberada de utilizar escudos humanos. Hamás ha mostrado cero sensibilidad hacia el sufrimiento de los gazatíes. Como dicen abiertamente muchos habitantes de la Franja, Hamás construyó búnkeres para sus líderes y, en lugar de habilitar refugios para la población civil, se esconden detrás de ella.
Ely Karmon
http://www.ict.org.il/Biographies/DrElyKarmon/tabid/161/Default.aspx
www.abc.es
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