sábado, 27 de setembro de 2008

Los logros de Chávez

El último chiste que se cuenta de Chávez en Venezuela es muy simple y casi no tiene gracia, pero una vez que te lo sueltan, y después de unos minutos de perplejidad, empiezas a reír sin parar. La ocurrencia en cuestión dice que sale Chávez por la tele y le dice al pueblo: «¡Me quieren asesinar!». Y se acabó el chiste. Debe de resultar gracioso por lo malo que es y porque es verdad que el padre de la denominada revolución bolivariana lleva denunciando conspiraciones desde que llegó al poder. La penúltima, que un grupo de oficiales del Ejército venezolano planeaba atacar el avión presidencial para matarle. Y la última, un presunto plan de magnicidio en el que estarían implicados nada menos que Federico Jiménez Losantos, Jaime Baily y el director de Radio Caracas, la televisión que Chávez cerró hace un año.

En realidad circulan por Venezuela decenas de chistes sobre su presidente, y llama la atención el desparpajo con que la gente los cuenta. Por eso tiende uno a pensar que es complicado que el comunismo se llegue a implantar algún día en este país. Amén de vivir en libertad y democracia desde hace cincuenta años, Venezuela es una de las naciones más consumistas de la América hispana. Junto a una miseria absolutamente sobrecogedora, que se palpa en los cerros poblados de chabolas que rodean a la capital, está la forma de ser de una sociedad que adora los coches de lujo, los aparatos electrónicos y las operaciones de cirugía estética. El libro más leído aquí es «Sin tetas no hay paraíso», que dice mucho de la forma de ser de una gente fascinada por el culto al cuerpo, dispuesta a gastarse lo que sea en arreglarse el cutis o abultarse los pechos. Y por comprarse carros aparatosos de gran cilindrada, impensables en la cultura europea. El petróleo les ha acercado al mundo de la riqueza y todos aspiran a ella. Pero el lujo auténtico sigue estando reservado para unos cuantos, que ahora llevan carné de chavistas. Porque el líder bolivariano no ha hecho mucho por arreglar las cosas. Al contrario, las está empeorando. Los niveles de pobreza no bajan, pese a que al cambiar la forma de hacer las estadísticas, éstas dicen ahora que hay menos pobres que antes. Pero no es verdad. La pobreza ha subido. Sólo que Chavez ya no cuenta como pobres a los subsidiados, que son legión. El pobre subsidiado no ha dejado de ser pobre. Pero es verdad que ahora es entusiasta del caudillo de Barinas. No le da trabajo, pero sí algo de dinero para subsistir.

Otro tanto pasa con la inseguridad. No sólo no disminuye, sino que está creciendo. Cada vez que voy a Caracas me cuentan algún método nuevo de robar. El último, en el aeropuerto. Unos tipos se fijan en los porteadores que esperan a alguien con un cartel y un nombre. Hacen ellos su propio cartel con el mismo nombre para cazar al turista, que luego es desvalijado en la carretera. Si éste se pone tonto le pegan un par de tiros. En Caracas mueren cada semana entre 60 y 100 personas por delincuencia común. Las armas no están permitidas, pero casi todo el mundo va armado. Nadie se las requisa. Éste debe de ser uno de los logros más grandes de la revolución bolivariana. Sin duda.

José Antonio Vera
www.larazon.es

Nenhum comentário:

 
Locations of visitors to this page