El último libro de Enrique de Diego -Islam, visión crítica- se ha convertido en un auténtico bombazo editorial; en diez días ha agotado la primera edición. Dicho éxito hace pensar que muchos ciudadanos españoles esperaban un libro así.
En su contraportada dice que “su lectura no le dejará indiferente”. Si usted cree que la frase es una mera estrategia comercial, lea la siguiente entrevista y verá cómo el referido aserto se queda corto.
-Lo primero, el título: Islam, visión crítica. ¿Cuál es esa visión crítica a la que usted hace referencia?
-El islam es una religión de odio y violencia, y dado que hay como una especie de estrategia general de ocultación sobre el peligro del islamismo, era preciso hacer un libro crítico, pedagógico, que aclare las cosas a un público general, y también que fuera firmado, porque hasta ahora prácticamente todos los libros de crítica al islamismo se editaban con seudónimo.
-¿Podría explicar en qué consiste la “depresión teológica” del islam que usted menciona en su libro?
-La base del islam es el poder, y el poder se plasma en una institución: el califato, que es vicario de Mahoma. Eso trajo una división muy grande entre los chiíes, que eran partidarios de un califato hereditario a través de Alí, el yerno de Mahoma, y los suníes, que desarrollaron al principio, en los cuatro primeros califas, un sistema electivo.
-Pero ahora los musulmanes no tienen califa…
-Desde 1922, cuando Ataturk derriba al Califato Otomano, la religión musulmana está buscando un califa. Por tanto, está en una situación de depresión. Los integristas tienen una mezcla de distintos elementos patológicos: una depresión de carácter teológico en la medida que, para entendernos, el islamismo estaría muerto, y una paranoia, en la medida que se identifica esa lacra, ese lastre terrible, con Occidente.
-¿Es compatible el islam con las sociedades occidentales?
-Los textos fundacionales, tanto el Corán como los hadices, son extraordinariamente sanguinarios. Tenga usted en cuenta que en el Corán lo que puede considerarse como propiamente religioso son siete líneas, el resto es una permanente justificación del asesinato, de la violencia, de que el profeta no hace prisioneros, etc. Con lo cual estamos ante una secta violenta y destructiva que tiene muy difícil cualquier evolución.
-¿Cuáles serían esos supuestos factores implícitos al islam que hacen imposible su evolución?
-Uno es que el Corán ha descendido del cielo, de Alá, con lo cual no se puede interpretar, ni debatir, ni meditar, ni glosar. Sólo se puede recitar. Luego cualquier tipo de comentario crítico es entendido como blasfemia y se castiga con la pena de muerte. Y el abandono de la religión en un sentido muy amplio -que puede ser el adoptar una mera postura crítica- también tiene la connotación de blasfemia.
-Para entender el islam parece necesario acercarse a Mahoma, su profeta fundacional. ¿Podría glosar su figura?
-Mahoma era un caudillo militar muy sanguinario y de vida moral muy depravada. Se dota a sí mismo del privilegio de tener a cuantas mujeres quisiera sólo para él, característica clásica de las sectas más destructivas. Se casa con su última mujer, Aisha, cuando ella tiene seis años, y la desvirga a los nueve.
-¿A los nueve?
-Sí. Lo cual hace que en la mayoría de los países musulmanes las mujeres alcancen la mayoría de edad con esa edad y puedan ser vendidas en matrimonio, cosa que sucede a menudo. Por cierto, el islam establece que se debe pegar a la mujer, de la que se teme desobediencia.
-¿Cómo descubre Mahoma su misión profética?
-Las supuestas visiones de Mahoma son terroríficas. Él habla, según los historiadores musulmanes, a su primera esposa de que tiene temor a estar poseído. Según cuenta en la primera visión, describe a san Gabriel como un gigante que con los pies toca el suelo y con la cabeza el cielo, e intenta suicidarse tirándose desde una montaña. Luego le dan sudores fríos.
-¿Cómo cambia Mahoma la orientación del rezo de los musulmanes?
-Al principio los musulmanes recitan mirando a Jerusalén, y la Meca y la Khaba son execrables, son politeístas, es la idolatría. Luego, como los judíos de Arabia no le aceptan, pasan a adorar de cara a la Meca y Jerusalén es lo execrable, lo que hay que combatir. Mahoma va estableciendo las normas de manera arbitraria, sin coherencia.
-En su libro menciona la ley coránica del abrogante y el abrogado. ¿Podría explicar en qué consiste?
-El Corán es muy repetitivo. Si un editor lo cogiera, eliminaría el 95%, pues casi todo son repeticiones. Frente a esa absurda pretensión de ser un libro descendido y, por lo tanto, no criticable, el Corán tiene numerosas contradicciones en sus frases, a las que se le aplica la ley del abrogante y del abrogado, según la cual la última frase sustituye a la anterior. Sólo tiene validez la última frase, con lo cual se ha eliminado la contradicción.
-También hace referencia en su libro a la polémica de los llamados “versos satánicos”, que es anterior a Salman Rushdie. ¿Cuál es su origen?
-En el Corán hay unas aleyas en las que hay una declamación politeísta. Se hace referencia a unas diosas arábigas. Solución: estos versos son satánicos. ¿Por qué en estos versos le engañó Iblis, que es como llama a Satanás, y en el resto no? No hay ninguna coherencia interna. Es un sistema muy opresivo y deformador de la personalidad, como todas las sectas destructivas, y provoca sociedades muy neuróticas y muy acomplejadas.
-Entonces, ¿cómo se explica que el socialismo sienta fascinación por una religión que difiere de sus principios?
-Es uno de los temas que trato en el libro con detenimiento. Los islamistas, por precepto coránico, ahorcan a los homosexuales y aquí, por cualquier comentario, los socialistas acusan de homofobia. Sucede los mismo con el feminismo. La inferioridad de la mujer es algo muy establecido en el islam, y aquí por cualquier comentario se pasa a ser machista.
-¿Mantiene el progresismo su capacidad de crítica ante los musulmanes?
-No, y es gravísimo. Pero hay que tener en cuenta que al islam y al socialismo les unen dos cosas: el odio al cristianismo y a la libertad de Occidente. De fondo colea la ingenua estupidez del socialismo de poder utilizar a los musulmanes para desarrollar un proceso de ingeniería social, y así las sociedades cristianas pasen a ser multiculturales.
-Y en España, ¿cómo está de avanzado el proceso de islamización?
-El socialismo está actuando como caballo de Troya de un proceso muy peligroso que es la islamización, que en España es ya muy grave en Cataluña, y que está teniendo efectos perniciosos. Y con el agravante añadido de las experiencias históricas. Jomeini lo primero que hizo al acceder al poder fue ejecutar a los dirigentes del Partido Socialista y del Partido Comunista iraníes, que previamente habían sido aliados suyos.
-Si sumamos a este proceso de islamización la baja natalidad europea y el poderío cultural progresista, ¿qué previsiones cabe hacer sobre el futuro de Europa?
-Sobre las bases y los datos actuales, el futuro a 20 años sería de extrema gravedad. Los europeos no nos estamos reproduciendo. Al tiempo estamos subvencionando a las familias islámicas, a las que se les da un trato de favor. También los poderes públicos dan un trato de favor a la construcción de mezquitas. Estaríamos, ahora mismo, ante un suicidio colectivo de Europa.
-Y ante este proceso de islamización de Europa, ¿detecta usted alguna reacción al respecto?
-Como diría Karl Popper, el futuro siempre está abierto y depende de la responsabilidad de cada uno. Yo entiendo que está habiendo fenómenos de reacción y de rearme en Europa, y uno de ellos es la publicación de mi libro, que rompe la conjura de silencio que hay en torno al islamismo. Conociendo al enemigo, éste pierde buena parte de su poder.
-¿Qué medidas sugiere tomar?
-Considero que las mezquitas deben ser prohibidas, como cualquier centro en el que se predicara el exterminio. En mi libro he reproducido distintas frases del Corán: “Matadlos, matadlos a todos, matadlos allá donde los encontréis, golpeadlos hasta dejarlos inermes, el profeta no hace prisioneros”. No son más que unas frases extractadas, pero podría reproducir muchas más y todas dicen lo mismo.
-¿Alguna medida más?
-Hay que erradicar el socialismo y sus bases intelectuales de Europa, que en buena medida impregnan a la derecha europea, y revitalizar nuestras raíces cristianas, empezando por el valor de la libertad personal.
-No obstante, en Europa también se manifiestan algunas reacciones críticas…
-En este clima genocida, hay un político holandés, Geert Wilders, que ha comparado el Corán con Mein Kampf. A mí me parecen genocidas ambos libros, pero yo diría que el Corán lo es tanto o más. Porque Mein Kampf plantea el exterminio de los judíos, pero el Corán plantea el exterminio de los judíos y de los cristianos.
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