Una etapa en la vida de los Wagner, esa extraña saga, del señero festival de Bayreuth, y del propio calendario operístico alemán toca a su fin con la desaparición de Wolfgang, el nieto del gran compositor y fundador de ese monumento fundacional de la cultura alemana. El último patriarca de la familia, que revivió y dirigió el festival wagneriano durante más de medio siglo, es sucedido por sus atrabiliarias hijas -ya al mando desde 2008- Katharina y Eva como codirectoras. Wolfgang ha fallecido «plácidamente» a sus 90 años, según expresión de éstas, en la casa familiar de la «colina verde», lugar conocido por todos los wagnerianos del mundo.
Bayreuth fue creado por Richard Wagner en tiempos de la guerra franco-alemana, en el último tercio del siglo XIX; quedó ligado por tanto a lo que los paisanos entienden como «tiempos fundacionales» de la nación alemana, una ola cultural narcisista muy explotada políticamente por el nacional-socialismo.
El festival se constituyó en ejemplo de cómo la música puede servir al nacionalismo, debido a cómo la nuera de Wagner, Winifred, puso literalmente el certamen al servicio de la nueva cultura nacional del III Reich. Los nietos Wolfgang y Wieland realizaron sin embargo una arriesgada y meritoria acción de reflote, tras las ruinas de la guerra.
R. Villapadierna - Berlín
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