sábado, 27 de março de 2010

La oposición antifranquista en 1969 (II) / Algo sobre el Opus Dei

El resto de la oposición, muy inferior a la comunista en número, organización, entrega, tesón y fervor, cabría dividirla en dos sectores: la obrerista-separatista (anarquistas, socialistas, nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y otros, cristianos radicalizados y en cierto modo los pacifistas), y la derechista procedente en buena medida del propio régimen (democristianos, juanistas, carlistas). Para 1969 ninguno de ellos incomodaba realmente al gobierno, el cual toleraba en la legalidad a los del segundo grupo. Con todos ellos intentaba el PCE enlazar para crear plataformas lo más amplias posible y encubrirse en ellas, como había hecho con Comisiones Obreras o el Sindicato de estudiantes. En las organizaciones obreras de la Iglesia, sobre todo en las juveniles (HOAC y JOC), se estaba produciendo una radicalización considerable que incluso daría origen, ese mismo año, a la maoísta ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores). Los anarquistas habían realizado algunos atentados unos años antes, quedando desarticulados por la policía sus grupos más peligrosos. Los nacionalistas regionales tenían escasa incidencia, y lo mismo cabe decir de los socialistas, aunque estos disponían de algunos líderes obreros en dos o tres fábricas de Bilbao.

Más interesantes resultaban para el PCE diversos personajes salidos del franquismo y por aquellas fechas contrarios a él, entre quienes destacaban José María de Areilza, Joaquín Satrústegui, y Joaquín Ruiz Giménez, incluso un general, Manuel Díez Alegría. Los dos primeros eran decididos partidarios de Don Juan, el tercero pertenecía al ala democristiana de izquierda y al último se le consideraba un militar disidente. Los cuatro, carentes de organización u opinión pública detrás de ellos, no hacían ascos a los tratos con los comunistas y en alguna medida entraron en el Pacto para la Libertad liderado por Carrillo, o coquetearon con él. Pensaban en prepararse para aprovechar la situación a la muerte de Franco, quizá incluso antes, si bien ninguno creía seriamente en la posibilidad de derrocarlo. Obviamente, pensaban explotar la fuerza del PCE para en su momento reconducirla en función de sus intereses. Los comunistas, a su vez, calculaban beneficiarse, para pasar por demócratas, del relativo prestigio político de aquellos personajes netamente "burgueses" y de la imagen de descomposición del régimen que podían ofrecer. Las mutuas expectativas no llegarían lejos, por cuanto la fuerza del PCE era muy insuficiente para tener efectos decisivos.

Areilza, conde de Motrico, destacado personaje del franquismo durante la guerra y después, como alcalde de Bilbao después de la guerra y embajador del régimen en varios países, optó por una oposición activa al lado de Don Juan, de cuyo consejo privado formó parte como secretario desde 1964. Su conocida oposición no le impidió una vida normal en España, o el ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Satrústegui, opositor desde antes, sufrió algunas multas y fue desterrado por un año a Fuerteventura, a raíz del llamado "contubernio de Munich" en 1962, un encuentro de oposiciones no comunistas, que presionó a los países del Mercado Común para que no admitiesen a España. Permaneció en el país dedicado a su actividad como abogado y a anudar contactos diversos contra el régimen. Ruiz-Giménez pertenecía al sector democristiano de izquierda y patrocinaba la revista Cuadernos para el diálogo, un diálogo dirigido a los comunistas en la estela de ciertas interpretaciones del Concilio Vaticano II. El teniente general Díez-Alegría había alcanzado los cargos más relevantes en el ejército franquista, llegando en 1970 a jefe del estado mayor, para ser cesado tras una entrevista con Carrillo, en Rumania, que el gobierno encontró, no sin alguna razón, sospechosa. Su hermano, el destacado jesuita y teólogo ecléctico y progresista José María Díez-Alegría, promocionaría un cristianismo radicalizado hacia la izquierda, comprensivo hacia Marx y crítico hacia el Vaticano, próximo a la "teología de la liberación", que colgó los hábitos, entrados los años 70.

Menos proclive al trato con los comunistas, José María Gil-Robles, antiguo jefe de la CEDA, había sido, desde Portugal, un muy activo conspirador contra Franco y a favor de Don Juan cuando la guerra mundial concluía y todos daban por desahuciado el franquismo. Pese a ello, en 1953 pudo volver a España, donde continuó sus actividades conspirativas hasta que participó en el citado encuentro de Munich, después del cual permaneció una temporada en el extranjero. Vuelto al país, desde 1968 ejerció como catedrático en la universidad de Oviedo, y escribió el libro No fue posible la paz, imprescindible para entender la génesis de la Guerra Civil. Continuó siempre su actividad de oposición poco o nada eficaz. Ya en los años 40 reconoció que el ambiente social y juvenil de la nueva sociedad española era irreconocible para quien hubiera vivido el de la república. También cabe contar en aquella oposición al poeta y escritor Dionisio Ridruejo, procedente del falangismo más radicalizado y que evolucionó hacia la socialdemocracia; Enrique Tierno Galván, socialista sui generis, que, ante la práctica inexistencia del PSOE, fundó el Partido Socialista del Interior, así llamado con el propósito de recabar apoyos y prestigio en el extranjero. Y así otros personajes y pequeños círculos de los que el régimen estaba bien informado y poco preocupado.

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**** El Sindicato Democrático de Estudiantes nació en 1966, en parte del SEU (Sindicato Español Universitario), falangista, en el cual no tenían interés ni carrero Blanco ni los ministros tecnócratas, que lo suprimieron en 1965. Hasta entonces y aun algo después, el PCE se organizaba en la universidad a través de la FUDE (Federación Universitaria Democrática Española (los comunistas nunca olvidaban la "democracia") y el nacimiento del SDE fue influido por la FUDE, que se había infiltrado en el SEU, como venía haciéndolo en los sindicatos verticales, y tuvo algún componente espontáneo. No sé si su primer brote se dio en Barcelona, donde se fundó, significativamente en el convento de los Capuchinos de Sarriá (los capuchinos estaban entre los más radicalizados separatistas y pro comunistas). El PCE se dio cuenta enseguida de que, como en el caso de Comisiones Obreras, el disfraz del SDE era de lo más conveniente, y pronto lo dominó y le dio un gran dinamismo, propagándolo a diversas universidades. El sector más activo fue el de Madrid o SDEUM (Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Madrid). Aunque tenía pocos afiliados, protagonizaba y dirigía numerosas asambleas, manifestaciones y huelgas, al igual que CCOO, hasta que la policía lo descabezó hacia el año 69, también como a CCOO, aunque persistió una llamada "Junta de Estudiantes" que seguía la trayectoria del SDE. El PCE abandonó la FUDE, que quedó dominada por la escisión maoísta PCE(m-l), mucho menos efectiva.

**** Sobre el Opus Dei

No soy del Opus y las posibilidades de que llegue a serlo son ínfimas. Leo u oigo muchas historias contra esa institución, casi siempre experiencias personales, y nunca sé hasta qué punto serán ciertas o reflejarán una realidad general o fallos particulares. Lo que no admite dudas es, sin embargo, que entre los que hicieron posible el "milagro español" de los años 60 se cuentan varios políticos opusdeístas. O que la Universidad de Navarra tiene algunas de las facultades y escuelas de mayor nivel de España. Según The Economist, la mejor escuela de negocios del mundo, en 2005, era la de la universidad de Navarra (con nombre, vaya por Dios, en inglés). Y en medicina también están en primera línea. He dado una conferencia en un colegio madrileño del Opus, masculino, asimismo con excelente rendimiento académico. Datos como estos también deben tenerse en cuenta a la hora de hacerse una opinión independiente al respecto, máxime en un país en que la vagancia y la picaresca han pasado y siguen pasando por virtudes –solo hay que ver a nuestros políticos.

**** El caso Garzón proviene sobre todo de la izquierda. Como siempre, la derecha no tendría agallas para denunciar a un presuntísimo prevaricador de apariencia izquierdista.

Pío Moa

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado

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