En el sexto aniversario de la masacre y con la avalancha de recuerdos que provoca la triste efeméride, una víctima del atentado, Gregorio de las Heras, que perdió a su hijo, escribe una carta a Luis del Pino en la que expresa su sentimientos e impresiones tras todo lo ocurrido.
Poniendo por delante el agradecimiento que siento hacia los medios de comunicación que tratan de investigar para saber la verdad del atentado ocurrido el 11 de Marzo de 2004, me gustaría hacerle llegar esta carta, donde en alguna medida, expreso lo que mi familia y yo sentimos 6 años después del atentado.
Quede claro que hablo en mi propio nombre y el de mi familia y, si alguien se siente identificado con mis opiniones y sentimientos, bienvenido sea. Sé a ciencia cierta que algunas personas, que también han sufrido este atentado, piensan y sienten de forma similar y quisiera aprovechar también para agradecer desde aquí su enorme esfuerzo y valentía.
Yo he perdido a un hijo, dolor que sólo conoce quien ha pasado por algo similar. Por si esto fuera poco, en lugar de encontrar apoyo en los grupos políticos que se supone defienden nuestros intereses y seguridad, la de TODOS, he encontrado lo contrario: dificultades y negociaciones con terroristas (aunque en la actualidad se supone que están luchando contra ellos, cosa que, sinceramente dudo, ya veremos lo que nos depara el futuro, pero eso es otro asunto).
Todo esto me ha hecho perder la poca fe que tenía en dichos grupos políticos, y hablo en general porque me da igual su signo o ideología política, por si a alguien le cabe alguna duda. A ninguno de los partidos políticos existentes en España y me ratifico, A NINGUNO, le ha interesado que se investigue este atentado, cada cual sabrá por qué y sabrá a qué intereses responde su actitud (cobardía, miedo a perder elecciones, algo que ocultar, responsabilidades que asumir….).
Seguramente, se deba a que no son sus hijos, ni hermanos, ni padres, ni amigos, los que han muerto en este atentado, no, porque sus hijos no viajan en trenes, sus hijos probablemente viajen en Audis de gran cilindrada y blindaje y acompañados y protegidos por varios guardaespaldas, los que pagamos todos… todos los que no tenemos los privilegios y seguridad que tienen ellos, los que morimos en atentados terroristas por coger un tren para ir a trabajar el día equivocado.
Éstos, los políticos, los que llevan “el estado de derecho” por bandera y “la independencia de los jueces” como coletilla en casi todas sus frases, como si algo de esto existiese en este país.
No se lo creen ni ellos y, desde luego YO NO.
Qué más da que mueran casi 200 personas y sean heridas otras 1500 si ni las conocemos, si no son nuestros hijos los que mueren, "lo que importa ahora es mirar hacia delante". Cada vez que escucho esa frase de su boca se me revuelven las tripas, lo que les importa son los votos que pueden ser, no los que ya no serán.
¡Qué lástima, qué vergüenza y qué asco me produce la clase política la de este país corrupto!
De la Justicia no quiero ni hablar. Mi buena fe, o más bien mi ignorancia, me llevó en su día a tener esperanzas en ella, menuda equivocación. Empezando por una investigación que tuvo por base una mochila llena de explosivos que nunca estuvo en los trenes, siguiendo por documentos policiales que fueron “corregidos” por otros que no fueron sus creadores, por no hablar de las contradicciones entre miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad en el juicio y, más grave, la destrucción de los trenes en tiempo record en lugar de conservarlos hasta el momento del juicio por si fuera necesario, o la desaparición de muestras recogidas en los mismos
Y, por último, una pericial de explosivos que no sé para qué solicitó el juez, puesto que se la pasó por el arco del triunfo a la hora de dictar la sentencia. De dicha pericial hay un video que se ha negado a las partes que lo han solicitado durante tres años, el juez sabrá por qué.
Ahora que se ha publicado por algunos medios de comunicación y juzguen ustedes mismos. Desde mi punto de vista y presuntamente, se nos produjo indefensión, ya que, con ese documento quizá, podríamos haber hecho ciertas alegaciones durante el proceso o al menos podríamos haber recurrido dicha sentencia con otra base.
A la insuficiente investigación, por supuesto, le siguió la correspondiente sentencia: tres tíos, un español y dos moros, liaron todo esto, pero da igual, el caso era cerrar el asunto, no vaya a ser que con tanta incongruencia a alguien le diera por seguir investigando o por decir que toda la “investigación” no se sostiene y que la versión oficial se viniera abajo, que es donde debió irse porque no se la creen ni los que se la han elaborado.
Al resto de los moros que componían la lista, como no se les pudo imputar el 11 M, pues se les tuvo que condenar por pertenencia a grupo terrorista (cosa que no dudo) no se iban a ir de balde en este asunto.
La verdad del 11 M no se sabe, pero hay un montón de gente en la cárcel, ya podemos dormir tranquilos… pues no, NO VALE YA.
Y todo esto bajo el sello del presuntamente, que tan buenos resultados da en este país.
Por supuesto, habrá gente que lo habrá hecho bien, o al menos, desde la buena fe. Mi agradecimiento hacia todos ellos, pero es que entre tanta mierda, su labor casi ni se ve.
Nada me invento, todo esto está en el sumario, para quien lo quiera comprobar, porque esa es otra: la cantidad de medios de comunicación que ha “informado”, o mejor dicho, desinformado a la opinión pública sobre este asunto. Algunos no han visto el sumario ni de lejos, pero qué fácil es opinar, sobre todo para machacar al que investiga.
Cada cuál sabrá por qué actúa como lo hace o a qué intereses responde, qué más da destrozar aún más a unas personas anónimas, es mejor estar al lado del poder, el caso es que el negocio se mantenga aunque haya que defender lo indefendible, lo que se cae por su propio peso, y al que quiere investigar porque la información que tiene no le parece suficiente o le crea dudas… a ese hay que machacarle y llamarle conspiranoico y no sé cuántas cosas más no vaya a ser que se descubra la verdad.
Lo más grave es que ciertas personas, incluso algunas que han sufrido también el atentado, hayan hecho suyas las mismas descalificaciones. Yo tampoco entiendo su actitud ni la comparto, pero no me queda otra que respetarla. El mismo respeto EXIJO para quienes consideramos que aún queda mucho que investigar en este atentado en el que asesinaron a MI HIJO y a otras 190 PERSONAS.
Personalmente, me da igual la ideología o los intereses que muevan a los medios de comunicación que han decidido ir más allá de la versión oficial e investigar en profundidad aquello que no queda claro sobre el atentado. Lo que me interesa es que se investigue, que se siga investigando, porque lo que se ha investigado hasta el momento no es suficiente.
Baste decir que ni siquiera se sabe quién ideó los atentados ni con qué finalidad, lo cual equivale a decir que prácticamente no sabemos nada (con qué finalidad está claro, al menos para mí, otros se lo imaginarán, pero con imaginarlo no basta).
Por último, también haría extensible mi crítica hacia la sociedad. En este país en el que somos más solidarios que nadie, eso sí, solidarios por un día. Aunque hay personas que nos siguen apoyando y a las que agradezco muchísimo su apoyo (pocas, pero las hay) he echado mucho de menos el apoyo recibido durante los primeros días, cuando el tiempo fue pasando del apoyo pasamos al olvido y, de éste, a la indiferencia.
Por supuesto, entiendo que cada cual tiene sus propios problemas, y algunos muy serios, pero que nadie olvide que el terrorismo es un problema social y que le puede tocar a cualquiera por mucho que se mire a otro lado (bueno, a las altas esferas no es tan fácil que les toque).
Con todo esto, pueden ustedes imaginar cómo nos sentimos mi familia y yo, creo que no hace falta que lo explique. Si mis palabras les hacen reflexionar, no es poco lo que he conseguido.
Gregorio de las Heras
http://www.libertaddigital.com
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