Personajes del mundo de la cultura, el espectáculo y el deporte relatan a LA RAZÓN sus mejores vivencias en la Gran Vía
ALFONSO USSÍA - Escritor
«Recuerdo cuando vi “Marisol Rumbo a Río” en la última fila del cine Avenida con una novia»
Yo iba mucho sus cines. Una tarde quedé con una chica, no había sacado localidades y todas las salas estaban completas. Sólo daban «Marisol Rumbo a Río» en el Avenida. La suerte se puso de mi parte porque en la sala sólo estábamos la chica y yo en la última fila y un calvo en la tercera. La Gran Vía no ha perdido ni un ápice de vida pero ha ganado en inseguridad.
CÉSAR VIDAL - Periodista y escritor
«La única calle de España que se puede comparar con Broadway»
Ha conseguido sobrevivir a todos los hombres totalitarios. La han bautizado como avenida de Rusia, avenida de la Unión Soviética, avenida de José Antonio... Es milagroso que se haya quedado finalmente con su nombre original. La Gran Vía es la arteria más importante de España, aunque solo sea porque es la única que se puede comparar con Brodway.
«Las fotos de mi boda se expusieron en uno de sus escaparates»
En las vitrinas del negocio de fotos de Vicente Ibáñez estuvieron expuestas las imágenes de mi primera boda y las de las comuniones de Susana y Alicia, mis hijas. Recuerda con especial cariño los años en los que iba a buscar a mi amigo Vicente Patuel al cine Gran Vía y juntos salíamos de copas por York Club donde era un lujo tomar copas con las chicas, el Elefante Blanco o el hotel Rex, dónde hice amistad con Lolita Garrido o «el rey del bolero», Lorenzo González. Tenía sólo 23 años cuando empecé a ir a los bajos de Los Sótanos: sala de juegos y punto de encuentro de personajes de todo tipo.
«Mi primer despacho estaba en el 39. Era tranquila y segura»
Soy vallisoletano de nacimiento pero madrileño de adopción. Recuerdo la primera vez que fui a la Gran Vía, junto a mi padre. Nada nunca me ha parecido más hermoso –ni Nueva York– que la sensación que me produjo las vistas desde el edificio España. Han pasado 50 años desde aquello y en todo este tiempo he conocido una Gran Vía internacional. Teníamos de todo, teatros, cines, salas de fiestas, cabaretes, cafeterías como California o Manila, todo tipo de restaurantes y sobre todo una extraordinaria tranquilidad y seguridad para disfrutar de todo ello. Mi primer despacho estaba en Gran Vía 39, frente al portal aparcaba mi descapotable cada mañana. Nunca pasaba nada, de hecho, un día me dejé un portafolios lleno de documentos y cuando bajé allí estaba.
«Gracias a la Gran Vía, Sharon Stone tiene un admirador más»
Gracias a la Gran Vía, Sharon Stone tiene un admirador más. Me colé en los cines Capitol cuando sólo era un niño para ver «Instinto Básico». Sabía que estaba haciendo una canallada, pero mereció la pena. La película me encantó y desde entonces vivo enamorado de Sharon Stone. ¡¡Felicidades Gran Vía!!
«Celebré el día que la Gran Vía recuperó su nombre»
Recuerdo con cariño el mármol verde del teatro Fontalba, que se demolió; el templete de hierro de la Red de San Luis y un ascensor de estilo modernista que tampoco existe hoy en día. Me molestaba muchísimo que se llamara avenida de José Antonio y me gustó mucho que recuperase su nombre original».
«El día que me mudé a Madrid, aparqué mi moto en Callao»
A la Gran Vía le tengo un cariño especial porque fue el primer sitio donde me sentí acogido en Madrid. Allí me mudé en 1997 y la plaza de Callao fue el primer sitio donde paré mi moto. Era el único sitio que más o menos conocía, necesitaba comer algo, así que bajé a la calle. Allí lo conseguí sin problemas.
«Conocía a mi mujer en los bajos del cine de Callao.»
Me une a la Gran Vía un lugar muy especial: los bajos del Cine de Callao. Fue el sitio donde comencé a salir con mi mujer hace ya mucho tiempo ¡en el año 1980! Muchas felicidades, Gran Vía. Que cumplas muchos más ¡y yo los mismos junto a mi mujer!
«Me hizo sentirme como en casa porque se parece a la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires»
Tengo una visión de la Gran Vía, es de hace 22 años, cuando pisé por primera vez Madrid. Venía de Argentina y el taxi me dejó en la esquina con la calle Alcalá. Desde ese punto es impresionante y me recordó a la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires. Me hizo sentirme como en casa. Cuando luego he viajado por todo el mundo, me he dado cuenta de que también se parece mucho a los Campos Elíseos de París. En Francia, Argentina o Madrid, cuando las paseo de arriba a abajo y de abajo a arriba, me siento una ciudadana más.
«El Martini de Chicote ha sido testigo de grandes momentos »
Las copas de Martini del Museo Chicote han visto reflejada la historia de España.
El sol brilló todo el día, las tiendas abrieron sus puertas, las terrazas desempolvaron sus sillas y mesas, los cines proyectaron clásicos y estrenos y los teatros musicales de moda. Que fuera domingo y Semana Santa no fue motivo para que propios y extraños acompañaran ayer a la Gran Vía en el día de su cumpleaños llenando cada rincón de su kilómetro y medio de recorrido.
Así lo hizo Carlos: «Crecí en la Gran Vía, pero hace un tiempo me mudé a las afueras de Madrid. Hoy he vuelto a pasearla y he ido al cine Callao. La película, “Furia de Titanes”, ha sido lo de menos, lo mejor ha sido revivir los mejores momentos de mi juventud». A su lado, un grupo de turistas con cámaras y bolsas de una tarde de compras. «Son mi familia, que ha venido desde EE UU a visitarme porque estoy estudiando «negocios» en la Complutense. Es una calle muy especial que me hace sentirme madrileño. ¡Happy birthday, Gran Vía!»
Marta Palacio/Paula Poveda
www.larazon.es
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