segunda-feira, 5 de abril de 2010

Venezuela arde

Cuando el gobierno de Hugo Chávez no pudo ocultar más la crisis del Sistema Eléctrico Nacional, evadió sus responsabilidades y culpó a la naturaleza por la falta de energía. Hoy es evidente que la crisis energética se debe principalmente a la impericia gerencial y a la falta de mantenimiento e inversiones.

La capital y por lo menos cuatro estados del país están acosados por incendios en parques nacionales y pulmones vegetales de zonas urbanas, pero de nuevo el Gobierno se exculpa y continúa atribuyendo la responsabilidad a la naturaleza. Si bien es cierto que en épocas de larga sequía la vegetación y la maleza pueden arder accidentalmente, por descuidos o imprudencias, es obligación de las autoridades controlar y apagar los incendios antes de que se extiendan y causen gran devastación. Eso marca la diferencia entre un gobierno responsable y otro negligente.

Según el Instituto Nacional de Parques, desde diciembre de 2009 unos 550 incendios han arrasado con 24.500 hectáreas de vegetación en parques nacionales, incluidos los de El Ávila en Caracas, La Gran Sabana, el Parque Henry Pittier y la Reserva Forestal de Uverito. Sólo en El Ávila, montaña rebautizada por el gobierno de Chávez como Guarairarepano, desde diciembre se han registrado 75 incendios y han ardido 1.379 hectáreas.

El Ávila no ardía así desde hacía 51 años. Y no lo hacía gracias al trabajo mancomunado de los gobiernos del siglo pasado y las dos empresas privadas –La Electricidad de Caracas y el Banco Venezuela– en lo relacionado con el desmonte de la maleza, el mantenimiento de los contrafuegos, la dotación de los equipos contraincendio y la capacitación de personal encargado de prevenir y combatir los incendios forestales.

Este incendio ha sacado a la luz pública que el Gobierno no sólo ha descuidado el mantenimiento y la vigilancia, sino que los bomberos forestales apenas tienen medios. Según informes de prensa, en Caracas cuentan con apenas dos helicópteros, uno para el transporte de personal y otro para cargar unos 3.200 litros de agua; pero ambos presentaron desperfectos mecánicos durante la reciente emergencia.

Es difícil entender que el Estado venezolano haya invertido inmensas cantidades de dinero en prepararse para una hipotética guerra contra "el Imperio" y no en dotar a la nación de todo lo necesario para enfrentar más probables contingencias naturales y accidentes humanos como los incendios que comentamos.

Para muchos venezolanos, lo que acontece en los parques nacionales es similar a lo que está pasando en otros sectores, donde la negligencia, la falta de probidad en el manejo de la cosa pública, la mala administración y la falta de inversión han ocasionado graves estragos.


© AIPE

ROBERT BOTTOME y NORKA PARRA, director y analista, respectivamente, de Veneconomía.

http://exteriores.libertaddigital.com

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