Casi a diario aparecen nuevos indicios o incluso pruebas evidentes de la tremenda corrupción del Gobierno, de la peor corrupción de todas en Democracia que es la que atenta contra el Estado de Derecho, contra sus fundamentos básicos recogidos en la Constitución de 1978 y contra los órganos encargados de velar por ellos.
Toda la labor realizada en este sentido por el Gobierno de José María Aznar la ha socavado el presidente Rodríguez Zapatero como si de ello dependiera mantenerse en el Poder para los restos. Todas las instituciones que Aznar pretendió dotar de independencia para velar por la libertad de mercado y para garantizar una información fiable sobre el estado de nuestra Economía, todas son ahora meros apéndices del Gobierno.
Y qué decir de los asuntos exteriores de España: de ser invitados al G-9 de los países más importantes del mundo hemos pasado a pedir por favor que se nos invite a un G-20, porque el presidente Rodríguez Zapatero gobierna con su economía de dos tardes y prefiere ponerse una kufiya a leerse el Financial Times. No es esto, con todo y en plena crisis económica, lo peor de la débil política exterior del Gobierno, porque donde el PP logró situar a España en la alianza con las democracias occidentales, Rodríguez Zapatero nos ha enredado con algunos de los regímenes más criminales del mundo entre Alianza de Civilizaciones y solidaridad chavista.
Tenemos a un presidente del Gobierno que, como ayer mismo, echa en cara a la Oposición que el PP no le apoya en los asuntos más importantes, y lo hace simulando un gran enfado como si estuviera realmente indignado a cuenta de que el PP no le daba la razón en el asunto de Venezuela y los etarras que allí viven a sus anchas. El presidente del gobierno de España quiere el apoyo del PP para menoscabar un poco más la dignidad de nuestra Nación. El presidente del gobierno de España mejor haría con ponerse al lado del PP y apoyarle en aquello que le aconseja que haga y no sólo en materia económica. Mejor nos iría a todos tanto en el exterior como en el interior.
Porque en el interior, resulta que del Pacto Antiterrorista y de la Ley de Partidos hemos pasado a chivatazos policiales y negociaciones a nivel político con ETA, el más evidente extremo de la corrupción que genera el Gobierno de Rodríguez Zapatero en las instituciones que deben servir y proteger a los ciudadanos. En vez de ello, este Gobierno se protege protegiendo a los suyos, se trate de un juez como Garzón o de un policía ahora recompensado con un puesto en la Caja Vital. Qué decir de los favores mediáticos, en subvenciones a empresas e industrias culturales afines, y otros.
Un panorama de corrupción lamentable, pero sobre todo condenable. Este 11 de marzo, fecha terrible para muchos españoles, pasará para el Gobierno como otras cuestiones, con grandes declaraciones pero sin ninguna voluntad de averiguar a ciencia cierta qué pasó el 11-M de 2004 en Madrid, quién fue el artífice verdadero de los atentados, los autores intelectuales y materiales, el arma homicida de la masacre... porque a Rodríguez Zapatero no le interesa sacar del baúl de la indignidad donde han escondido todos los horrores y errores una versión que no sea la oficial de los socialistas hasta la fecha: "El 11-M fue por la guerra de Irak".
Como estos años, yo me uno al NO OLVIDAR LO INOLVIDABLE, y no sólo por guardar respetuosa memoria de las víctimas, sino por "Memoria, Dignidad y Justicia". Dignidad que se les niega al rechazar su petición de reapertura del juicio y Justicia que todavía hay que hacer a las víctimas y a los mismos responsables del 11-M. Rodríguez Zapatero, como su ministro del Interior, el fiscal general y los jueces y policías que colaboraron dando facilidades a ETA y dejando en suspenso el Estado de Derecho durante el pérfidamente llamado "proceso de paz", se encuentran en los antípodas de semejante lema. Al parecer, García Hidalgo no se acuerda ni de su nombre. Tampoco le importa. Éste es el tremendo factor corruptor del Gobierno socialista, y así está el país como está.
Regina Otaola
http://blogs.libertaddigital.com/regina-otaola
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