sábado, 20 de março de 2010

La ley nazi

La eutanasia sigue al aborto como el gato precede al perro. La ley ampliada del aborto es un crimen inclemente e impropio de estos socialistas tan raros que estiman que la socialdemocracia es una revolución radical. Avanzamos sobre la nada y sin retorno, porque no será el Partido Popular quien derogue el asesinato de los embriones y fetos.

Pudo haberlo hecho José María Aznar de la mayoría absoluta y se abstuvo de mover el avispero. El feminismo subnormal queda completamente satisfecho: el aborto no sólo continúa despenalizado sino que además es un derecho. El jefe de la tropa «de la ceja» afirma que se trata de que ninguna mujer vaya a la cárcel por abortar. ¿El presidente José Luis Rodríguez Zapatero puede aportar la filiación de una sola fémina que en los últimos treinta años haya ingresado en prisión por hacerse un legrado?

Ahora el gato corre tras el ratón y el Parlamento andaluz ha aprobado una Ley de Muerte Digna. ¿Qué entenderán los papás de Leire y de Bibi por una muerte digna, que se la deseo tardía? ¿Qué hace una autonomía decidiendo por sí sola cómo tiene que morirse la gente? A fuerza de hacer metafísica acabará resultando que no es lo mismo morirse en Andalucía que en La Rioja.

Menos importante sería que los andaluces legislen sobre la Defensa Nacional o la pena de muerte. ¡Qué seducción tiene este socialismo por las pompas fúnebres! La muerte digna consiste en que los nietos den mejor vida a sus abuelitos. Todo esto es muy viejo y ya lo comenzaron hace mucho tiempo, en los años 30, los nazis con sus leyes de Nüremberg: aborto, eugenesia, castración y eutanasia; pero nuestro socialismo sólo ha leído a Petit y a Gamoneda y está repitiendo la filosofía de la esvástica.

Martín Prieto

www.larazon.es

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