Este empeño nuestro por mostrar últimamente un entusiasmado agradecimiento por la nueva colaboración francesa en la lucha antiterrorista es muy saludable para nuestro optimismo, pero sólo presenta una parte de la verdad. Que Francia ya no es un santuario para ETA como lo fue en el pasado reciente y como lo son Cuba y Venezuela ahora. Pero tampoco nos engañemos. Francia sigue considerando a ETA como un problema ajeno, español, como si lo de Euskalherria no fuera con ellos, que ya son ganas de mirar hacia otro lado. Algo parecido a lo nuestro con Al Qaida, aún un problema de Bush o de Aznar y no un problema español para muchos. Y lo que es igualmente preocupante, los franceses siguen con lo de la «organización separatista vasca».
Basta con darse un paseo por la Prensa francesa de ayer. Crimen del policía relegado a páginas interiores en todos los grandes diarios nacionales. Única presencia en la portada de «Le Parisien», y porque es un diario de la región parisina. Escaso seguimiento del asunto, sin confirmación de la autoría de ETA a primera hora de la tarde ayer en varios diarios, cuando toda la Prensa española lo confirmaba la noche anterior.
Y peor, ETA presentada como «la organización separatista vasca» nada menos que en «Le Figaro», y también en «Le Parisien» y en el semanario «Le Nouvel Observateur» (eso sí, con indignación de los internautas de «Le Figaro», es la buena noticia). Además de mezclar el crimen terrorista con los crímenes de la delincuencia común, por parte de varios diarios y por los propios sindicatos policiales.
Y mis esperanzas de que Francia asuma de una vez el terrorismo etarra como problema propio son escasas. No hay que olvidar que hace dos años que Sarkozy denegó la extradición a Italia de la terrorista de las Brigadas Rojas Marina Petrella, condenada por dos crímenes en Italia. Por motivos humanitarios, dijo.
Edurne Uriarte
www.abc.es
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