Zapatero se retracta de la petición de explicaciones a Chávez por la relaciones ETA-FARC, aspirando a que el Gobierno venezolano le proporcione información sobre cómo los terroristas planean atentados sin ser molestados por las autoridades venezolanas: «No se moleste usted, señor Chávez» -parece decirle Moratinos-, «ahora arreglaremos nosotros esa salida de tono de un juez español. Atreverse a molestar a Chávez, !qué osadía! Ese juez no sabe lo que hace». -pensará nuestro ministro.
Los españoles tenemos un presidente que en vez de defender su sistema judicial, lo menosprecia para no poner en peligro la credibilidad de un gobernante que ha perdido todo su crédito internacional a fuerza de decisiones contrarias al interés común de los países que aparentemente deberían ser socios naturales de España. Y en ese empeño de quien sigue creyendo en un Che Guevara de camiseta y película es donde se puede interpretar esa mano blanda con Chávez, a quien no se le exige con dureza que actúe contra el terrorismo, sino que se le invita educadamente a informar, siempre que lo considere necesario, de por qué ETA y las FARC conviven amigablemente en suelo venezolano, mientras se entrenan en el bello arte de matar a quienes le venga en gana. ¿Y pretende este hombre, que hoy preside España, que los españoles crean en él? !Cómo van a creer en quien no es capaz de poner en su sitio a un fantoche como Chávez!
La talla de un gobernante debería medirse en cómo sabe imponer su autoridad, y en este asunto no me parece que Zapatero esté dando la talla. Quizás ni él ni Moratinos hayan visto los videos que algunos conocemos, esos videos donde ETA y las FARC comparten manuales de terror: fabricación de bombas, técnicas de secuestros... Quizás no hayan leído los correos electrónicos donde Reyes, jefe de los terroristas colombianos, explica con todo detalle, la relación entre ambas organizaciones terroristas, sus contactos en Venezuela y las pruebas que han llevado al juez Velasco a emitir el auto de detención en el que acusa al Gobierno de Venezuela de permitir peligrosas conexiones entre ETA Y FARC .
Quizás quienes más información deberían tener por estar en juego la seguridad de los españoles y de quienes vienen a nuestro país, no hayan hecho bien su trabajo y no estaban al corriente de esa poco sana amistad entre terroristas. Quizás, y esto sería mucho más grave, sí estaban al corriente pero preferían no intervenir para no torcer las buenas relaciones con Venezuela.
De cualquier modo, como víctima del terrorismo y como ciudadana española, espero que Zapatero y Moratinos den una explicación de por qué están siendo tan condescendientes con quienes, a mi juicio, no merecen tanto respeto. Sería mejor que ese respeto lo tuvieran por las víctimas de ETA y por todos los españoles que llevan años sufriendo por culpa de aquellos que encuentran amparo no sólo ideológico sino práctico en territorios gobernados por quienes comparten valores con los que quieren acabar con nuestra libertad. Siga usted así, Zapatero, siga pidiendo desde la Presidencia española que la Unión Europea coopere con Cuba mientras en sus cárceles se amontonan los prisioneros políticos que llegan a morir sin haber cometido crimen alguno. Siga por ahí, sin enfrentarse a Chávez mientras éste se burla de las víctimas del terrorismo cobijando etarras y tratándolos como aquellos que están de su parte. Usted sabrá lo que hace, yo no, y creo que son muchos los españoles que tampoco lo saben y, que si pudieran, le plantarían cara a quien se atreve a humillar a España.
Solo decirles que yo no he seguido su ejemplo ni el de su ministro y me he permitido, como diputada del Parlamento Europeo que se ocupa de Derechos Humanos, Libertades, Justicia y Asuntos de Interior, escribirle una carta al embajador de Venezuela en la que le pido «explicaciones» por el apoyo de su país a la ilícita colaboración entre las FARC Y ETA. A mí no me preocupa la airada respuesta del diplomático venezolano ante mis, según sus palabras, «infundados e irresponsables señalamientos».
Me preocupan más los miles de asesinados, heridos y secuestrados por ETA y por las FARC. Y por ello también he preguntado a la Comisión Europea qué medidas piensa tomar ante esta grave cuestión. Todo menos achicarse ante Chávez , quien dice que no tiene que responder ante una acusación tan estúpida. La seguridad de los ciudadanos no es algo estúpido, señor, es algo trágico ante lo que cualquier gobernante responsable debería responder.
Teresa Jiménez Becerril
www.abc.es
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