Luis Aragonés ha sido sorprendido llorando por los pasillos del hotel. A Casillas le duele la pierna derecha. Reina, el portero suplente, guarda cama con gripe. Y Palop, el tercer guardameta, ha pagado con una gastroenteritis su afición por las salchichas vienesas. Luis Aragonés continúa llorando por los pasillos.
La moqueta del salón ha amanecido con humedades. Llueve torrencialmente sobre Austria y el agua se filtra por todas partes. Por culpa de esas filtraciones, Puyol se ha resfriado y no respira con normalidad. En los jardines del Palacio de Schönbrunn han aparecido ahogadas diecisiete ardillas. Y en el de Belvedere se han marchitado, con dos meses de antelación, las begonias y las hortensias.
Elisabetta Grunswig-Halle primera bailarina del Ballet de la Ópera de Viena ha metido su pie derecho en el raíl del tranvía y si no hubiera pasado por ahí el abuelo de Heidi que había viajado a Viena para comprarle ropa nueva a la niña, podría haber quedado totalmente incapacitada, como doña Ana de Pantoja, imposible para vos y para mí.
Luis no llora. Solloza. El Presidente de la Real Federación Española de Fútbol se ha reunido con su homólogo ruso para anunciarle que posiblemente, la Selección de España no jugará el próximo jueves la semifinal del Europeo de fútbol. El ruso se ha quedado encantado con la noticia. Villa tiene fiebre. A Torres se le ha caído en el pie izquierdo el libro «Cómo aprender inglés jugando en un club inglés con pocos ingleses». Quinientas páginas sobre un pie pueden hacer mucho daño. Luis no solloza. Gime. Casi padece de un golondrino bajo la axila derecha y está en un grito. Durante el paseo por el parque inmediato al hotel, Senna ha sido atacado por dos avispas, cuyos aguijones le han horadado, ora una nalga, ora la otra. No puede correr. La discoteca «El Corzo Cachondo» -traducción literal- ha sido inspeccionada por la Policía con Sergio Ramos en su interior. Todos los clientes han tenido que declarar en la Comisaría y el defensa de nuestra Selección aún no ha sido interrogado. De retrasarse las diligencias, es probable que llegue tarde al estadio y no pueda ser alineado. Iniesta dormía la siesta y le ha despertado una llamada de Laporta, lo que le ha producido una depresión profunda. Quiere abandonar la concentración para veranear en su tierra, Albacete. A los «Niños Cantores de Viena», inesperada y simultáneamente, les ha cambiado la voz. Todos los conciertos programados, suspendidos. Y a «Manolo el del Bombo» se le ha roto el bombo.
¿Qué ha podido influir en el ambiente para que se produzca semejante cadena de dramas? El veterano analista político austriaco Günther Schwisstruddel ha descifrado el enigma. Zapatero ha anunciado que estará en el Palco del Prater durante la semifinal, y Viena ha sufrido las iras del maleficio. Zapatero, es sabido, tiene fama de gafe fuera de nuestras fronteras. Son dieciocho ya las ardillas muertas en el parque de Schönbrunn. Luis ha enloquecido y dice que va a sacar a Raúl de delantero centro, porque el ataque de España necesita de su velocidad. Villar ha rogado a Lissavetsky que medre, pero Lissavetsky le ha respondido que medre otro. El avión está dispuesto. Zapatero va. No hay vuelta atrás. Estamos perdidos. Último parte de fallecimientos en el parque de Schönbrunn. Veintiséis ardillas. Y el abuelo de Heidi ha perdido la ropa nueva de su nieta en el autobús.
La moqueta del salón ha amanecido con humedades. Llueve torrencialmente sobre Austria y el agua se filtra por todas partes. Por culpa de esas filtraciones, Puyol se ha resfriado y no respira con normalidad. En los jardines del Palacio de Schönbrunn han aparecido ahogadas diecisiete ardillas. Y en el de Belvedere se han marchitado, con dos meses de antelación, las begonias y las hortensias.
Elisabetta Grunswig-Halle primera bailarina del Ballet de la Ópera de Viena ha metido su pie derecho en el raíl del tranvía y si no hubiera pasado por ahí el abuelo de Heidi que había viajado a Viena para comprarle ropa nueva a la niña, podría haber quedado totalmente incapacitada, como doña Ana de Pantoja, imposible para vos y para mí.
Luis no llora. Solloza. El Presidente de la Real Federación Española de Fútbol se ha reunido con su homólogo ruso para anunciarle que posiblemente, la Selección de España no jugará el próximo jueves la semifinal del Europeo de fútbol. El ruso se ha quedado encantado con la noticia. Villa tiene fiebre. A Torres se le ha caído en el pie izquierdo el libro «Cómo aprender inglés jugando en un club inglés con pocos ingleses». Quinientas páginas sobre un pie pueden hacer mucho daño. Luis no solloza. Gime. Casi padece de un golondrino bajo la axila derecha y está en un grito. Durante el paseo por el parque inmediato al hotel, Senna ha sido atacado por dos avispas, cuyos aguijones le han horadado, ora una nalga, ora la otra. No puede correr. La discoteca «El Corzo Cachondo» -traducción literal- ha sido inspeccionada por la Policía con Sergio Ramos en su interior. Todos los clientes han tenido que declarar en la Comisaría y el defensa de nuestra Selección aún no ha sido interrogado. De retrasarse las diligencias, es probable que llegue tarde al estadio y no pueda ser alineado. Iniesta dormía la siesta y le ha despertado una llamada de Laporta, lo que le ha producido una depresión profunda. Quiere abandonar la concentración para veranear en su tierra, Albacete. A los «Niños Cantores de Viena», inesperada y simultáneamente, les ha cambiado la voz. Todos los conciertos programados, suspendidos. Y a «Manolo el del Bombo» se le ha roto el bombo.
¿Qué ha podido influir en el ambiente para que se produzca semejante cadena de dramas? El veterano analista político austriaco Günther Schwisstruddel ha descifrado el enigma. Zapatero ha anunciado que estará en el Palco del Prater durante la semifinal, y Viena ha sufrido las iras del maleficio. Zapatero, es sabido, tiene fama de gafe fuera de nuestras fronteras. Son dieciocho ya las ardillas muertas en el parque de Schönbrunn. Luis ha enloquecido y dice que va a sacar a Raúl de delantero centro, porque el ataque de España necesita de su velocidad. Villar ha rogado a Lissavetsky que medre, pero Lissavetsky le ha respondido que medre otro. El avión está dispuesto. Zapatero va. No hay vuelta atrás. Estamos perdidos. Último parte de fallecimientos en el parque de Schönbrunn. Veintiséis ardillas. Y el abuelo de Heidi ha perdido la ropa nueva de su nieta en el autobús.
Alfonso Ussía
www.larazon.es
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