terça-feira, 17 de junho de 2008

Europa ante la crisis iraní

Los europeos hemos establecido como doctrina oficial el «multilateralismo efectivo», frente a la tendencia «unilateralista y violenta» de Estados Unidos. Se trataría de resolver los retos de seguridad a través de una diplomacia «preventiva» o, por lo menos, «eficaz» realizada desde organismos multinacionales, empezando por el más importante de todos ellos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Tanto lo hemos repetido que hemos acabado creyéndolo. En realidad el «multilateralismo efectivo» es sólo una negación. No queremos actuar fuera del marco de Naciones Unidas y no queremos hacer uso de la fuerza.

La amenaza nuclear iraní afecta mucho más a Europa que a Estados Unidos. Sus misiles, que en breve estarán dotados de cabezas nucleares, alcanzan territorio europeo y, según pasen los años, más y más partes de él. Prueba de la preocupación que despierta en nuestros dirigentes, no españoles sino europeos, es que nos hayamos acogido a la Defensa contra Misiles Balísticos norteamericana. Sin embargo, no somos capaces de ir más allá.

Es muy posible que sólo utilizando diplomacia y sanciones económicas se pueda forzar al régimen iraní a abandonar su programa nuclear. Sus vulnerabilidades son muchas, en especial en el terreno económico, y está por ver que todos sus dirigentes estén dispuestos a poner en peligro su propia supervivencia política. El problema es que las sanciones aprobadas en la resolución vigente del Consejo de Seguridad no se están llevando a efecto por parte de Europa y eso que eran de limitado calado. Cuando Estados Unidos propone aumentarlas el obstáculo no son sólo Rusia y China, miembros del Consejo de Seguridad que actúan a menudo como protectores de Irán, sino las propias naciones europeas que no quieren poner en peligro sus inversiones.

El «multilateralismo efectivo» europeo ha convencido a los iraníes de que no corren ningún riesgo económico. Sólo una acción militar norteamericana o israelí podría detenerlos, pero a un precio muy alto. Esa es nuestra aportación al régimen de no-proliferación nuclear, esa nuestra visión de nuestra propia seguridad.

Florentino Portero
Profesor titular de Historia Contemporánea en la UNED. Ha sido Profesor Invitado en las Universidades de Minnesota y Queen Mary College en Londres.

www.abc.es

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