quarta-feira, 11 de junho de 2008

La miembras

Bibiana Aído, ministra de una tontería, es una mujer atractiva, joven y gaditana. Me gustan los tres aspectos. Y sonriente, porque lleva en el alma la claridad de la bahía. Pero Cádiz, que es una ciudad liberal y culta, confunde con su luz. Fue allí donde Carmen Romero dijo lo de «jóvenes y jóvenas», y de allá es Bibiana Aído, que dirigiéndose a los componente de una llamada Comisión de Igualdad lo ha hecho como «miembros y miembras».

Doña Bibiana ha comunicado a los miembros y miembras de esa Comisión del Congreso que va a poner un teléfono para que los maltratadores de mujeres lo usen con el fin de canalizar su agresividad. Y a esto se dedica una ministra del Gobierno. Busca doña Bibiana «otro modelo de masculinidad», y yo le pregunto si ya lo ha encontrado. Se podría resumir ese nuevo modelo de masculinidad en un epigrama. «Hay que darle a Supermán/ sesiones de Kryptonita/ para que calme su afán/ y la tenga más chiquita».

Sin pretenderlo, doña Bibiana ha puesto a la ciencia en un callejón sin salida. Proponer un nuevo modelo de masculinidad no corresponde a los políticos, sino a los científicos. Un nuevo modelo que salga de un laboratorio, donde todos los hombres serán iguales, que es lo que pretende la ministra de la Igualdad, que ahora he recordado al fin de qué es ministra. El maltrato a las mujeres no se arregla poniendo teléfonos para que los maltratadores canalicen su agresividad. Un maltratador no quiere canalizar nada, y menos a través de un teléfono. Es como instalar un teléfono para los criminales y animarlos a usarlo cuando tengan deseos de asesinar.

Sucede que ese ministerio que se ha inventado Zapatero para traernos al Foro a tan bellísima mujer, no tiene contenido, y hay que inventárselo. Es lo que Peter llama un «arabesco colateral», un alto cargo en la teoría que en la práctica no sirve para nada, pero luce mucho en la tarjeta de visita. Por ejemplo, ser «Director General de Relaciones con la Problemática Palestina» en una empresa cuyo único mercado exterior es el guatemalteco. Eso se hace en muchas empresas familiares para contentar a los que menos valen. En una de ellas, cuyo presidente y mayor accionista era muy aficionado al puterío, uno de sus sobrinos ostentaba el cargo de «Asesor Presidencial de Esparcimientos Vespertinos», cuando su cometido no era otro que el de mamporrero puro y duro. Claro, que esos cargos también servían antaño para los enchufados de la «Mili». A un soldado de mi batallón se le asignó el destino de «Conductor Adjunto del Comandante», y el comandante no tenía coche.

Y algo de eso le pasa a la señora ministra Aído con sus miembros y sus miembras, que los tiene que reunir y no sabe cómo entretenerlos para que no canalicen sus modorras, o sus modorros y modorras, que hay que ser iguales en todo y más en una comisión o comisiona. ¿El asunto masculino es miembro o miembra? Si es pito, miembro, si fuchinga, miembra. ¿Y el femenino? Que responda doña Aída. ¿Y la parte natural destinada al descanso? Si culo, miembro, si nalgas, miembras. Un lío. Pechos miembros, tetas miembras, el oído miembro, las orejas miembras, los sobacos miembros, las axilas miembras, Zapatero miembro, Bibiana Aído o Aída miembra, y el Ministerio de la Igualdad una estupidez como la copa de un pino o el copo de una pina, que vaya usted a saber. Y nada más o nado mós.

Alfonso Ussía

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