Tras el auto del Juez Velasco, el refugio de etarras en Venezuela y Cuba es casi indiscutible. Este domingo El País habla de "balneario de etarras" en referencia al amparo que les da Chávez en Venezuela y El Mundo señala que la policía prepara un nuevo censo de terroristas en suelo cubano.
Venezuela lleva acogiendo etarras desde los ochenta, pero según la inteligencia española, se ha convertido en la mayor reserva de etarras refugiados existente desde que Chávez está en el poder. Estos informes señalan que entre los 60 miembros de ETA residentes en Venezuela algunos están alejados de la organización terrorista, pero otros siguen activos en la clandestinidad desde que la Justicia de España pidió su extradición.
Según El País, hay también un tercer grupo no se oculta allí, pero sí lleva a cabo labores encubiertas que abarcan desde la financiación hasta la acogida de nuevos fugados, pasando por el entrenamiento armado. Es el caso de Arturo Cubillas, supuesto líder de la banda en Venezuela, y posible organizador de los cursos de explosivos en las selva venezolana. Está, además, empleado dentro del gobierno chavista.
Todo ello mientras mandos de la lucha contra el terrorismos se quejan de que “estamos casi ciegos” en lo referente a la lucha contra ETA en el exterior, pese a palabras como las pronunciadas el sábado por De la Vega en la cadena Ser, que advirtió a los terroristas de que "no hay escondite posible", ya que si intentan huir o esconderse "se les va a encontrar".
Eso contrasta con lo que aseguran fuentes de la lucha contra ETA en el exterior que señala incluso el diario El País. “Trabajamos como podemos, conocemos algunas cosas de esta gente, pero sabemos mucho menos de lo que deberíamos saber. La aparición en Francia de José Lorenzo Ayestarán ha sido una sorpresa. Nadie nos avisó de su fuga. Se pierde la pista de gente de la que necesitaríamos una información constante. Parecerá que están dormidos, pero no podemos olvidar que algunos son auténticos asesinos”, dice la fuente de El País.
Marino Alvarado, abogado venezolano de los etarras Sebastián Etxaniz y Juan Víctor Galarza (dos de los únicos etarras, junto a José Ramón Foruria, que Chávez entregó a España sin proceso de extradición), asegura a El País que antes del chavismo “había un acoso policial constante. Les detenían y vigilaban a todos”.
Otra fuente anónima del diario subraya que “les obligaban a ir constantemente a la sede de la Disip (Policía política). Tenían que hacer presentaciones periódicas, les interrogaban sobre sus actividades y cuando venía de visita alguna personalidad española les detenían durante varios días. Luego les soltaban. Yo les asistí muchas veces. Con Chávez se relajó mucho, se acabó el control, eso es una evidencia que no se puede negar”.
Por eso el caso del etarra Arturo Cubillas, cuyo nombre aparecia en el ordenador intervenido al líder de las FARC apodado Raúl Reyes, es un ejemplo del trato dispensado por Chávez a los etarras residentes en Venezuela: acabó dirigiendo la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras en 2005; y desde 2007 es jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras, organismo encargado de expropiar fincas supuestamente improductivas.
Un hecho que sorprendió a toda la comunidad vasca residente en Venezuela, y no para bien. Cubillas violaba así el pacto de no hacer demasiado ruido en sus estancias en el país, y sus puestos en el Gobierno. “Un cargo tan público, se cierta importancia, es algo muy frontal y descarado”, comentan. La esposa venezolana de Cubillas, también cocinera como él, apagó los fogones para ocupar hasta seis puestos en la administración del caudillo venezolano.
Dos personas relacionadas con las fuerzas de seguridad venezolanas, relata El País, dicen que el etarra Cubillas mantiene también una relación muy estrecha con mandos de la Guardia Nacional y de la Dirección de Inteligencia Militar. “Les he visto muchas veces echar tragos juntos. Ha asistido a reuniones de seguridad. No le puedo decir más, me juego mucho”.
Un chófer de las FARC interrogado en Colombia por fuerzas españolas dice que los etarras que acaban de dar un curso de explosivos en Venezuela “recibieron una llamada de un tal Fontán. Los dos bajaron del coche y saludaron efusivamente a Cubillas. También aguardaba un varón con vestimenta civil que llevaba un chaleco con el escudo de la DIM y un grupo de personas armadas que parecían militares venezolanos que prestaban escolta al grupo”.
Otro etarra amparado por Chávez es Andoni Zengotitabengoa, detenido en Lisboa mientras intentaba volar a Caracas. Los informes alertan del trasvase de etarras desde Mexico, donde llegaron a residir hasta 80, a Venezuela. El País dice que muchos huyeron de México al país liderado por Chávez después del impulso de la Audiencia Nacional de extraditar refugiados que dirigían la trama financiera desde allí.
Los veteranos de ETA refugiados en Venezuela tienen edades comprendidas entre 45 y 55 años y preocupan mucho a los servicios de inteligencia españoles. De los siete cuya extradición pidió España y Chávez denegó, dice El País, cinco están ahora desaparecidos aunque la Policía española sabe que viven en Venezuela. José Lorenzo Ayestarán (detenido en Francia cuando se había reintegrado en la banda) Lusi María Olalde Quintela…
Entre esos siete etarras suman un total de 40 asesinatos, pero estos historiales no impresionan a los jueces venezolanos. Desde que gobierna Chávez España ha solicitado la extradición de 21 personas, pero ninguna ha sido detenida o entregada, según un portavoz del ministerio de Justicia español.
Según la diputada Iris Varela, del PSUV por Táchira, “ETA no es una organización terrorista, son luchadores de un pueblo que luchan por su independencia”. Los asesinatos de la banda, dice “no le constan”. “El que se siente comprometido con un ideal tiene derecho a utilizar las armas. ¿Cómo se consigue la independencia de ciertos países?. Yo se lo digo: luchando. La Constitución de Venezuela prohíbe la extradición de venezolanos y estas personas lo son”, asegura.
Los agentes desplazados ("al menos dos comisarios de Información y algunos de sus subordinados") intentarán recabar información sobre "los etarras y concretar los datos sobre los miembros de ETA que ya conocían que estaban en Cuba, alrededor de una docena".
De nuevo el auto del juez Velasco, tal y como destaca El Mundo, ha sido la llave para que las fuerzas de seguridad españolas se lancen a la búsqueda y captura de los etarras refugiados en Venezuela y Cuba. Velasco "también emitía orden de busca y captura contra otros seis integrantes del grupo terrorista FARC", recuerda el diario de pedro J.
Según este diario, actualmente la información del CNI está en dique seco. "Cuba expulsó hace varios meses a los agentes españoles del servicio secreto al lanzar sombras de sospecha contra ellos de que estaban en colaboración con los opositores a Castro", dice El Mundo.
En esta información se apunta a que podrían ser cerca de 200 los terroristas de ETA que se encuentran repartidos por diferentes países de Iberoamérica. "la mayoría son antiguos refugiados de ETA, que llegaron a este continente durante los años 80 y fruto de acuerdos suscritos por el Ejecutivo de Felipe González y con la colaboración del Ejecutivo francés de François Mitterrand".
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